Ellos tienen en su nombre la fugacidad de una estrella,
y son, cuando la noche cierra su cremallera,
cálculos silenciosos, versos tachados en un cielo de barro.
Hay un blues que no se oye,
Bluebird bluebird: please fly down south for me.
Y ocurre.
Hay niños que se tapan porque no se cuentan y se mercadean, empaquetados los ojos
en miseria,
y, son entonces, desmemoria.
Yo sé, que de niño, tú
jugaste con metralletas de plástico.
Hay niños que tiene astillas calladas en la sien
que les lloran en silencio y que desaparecen del olvido.
Hay veredas que no florecen,
hay niños que no crecen
porque allí, alguien los bautizó como
daños colaterales.
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JENNI
Leer más en el muy recomendable blog Letras de arena.
Muchas gracias Víktor.
ResponderEliminarUn abrazo enorme amic.
A tí, Jenni.
ResponderEliminarEs un acierto de poema y un dolor incesante el abuso y maltrato sobre la infancia.
Un beset
Viktor
mis verdaderas felicitaciones, jenni!
ResponderEliminarlu
qué alegría sentirte, compa.
ResponderEliminarUn beset
Viktor