OLIVERIO GIRONDO: yolleo, en su propia voz

POEMA DE OLIVERIO GIRONDO



YOLLEO

Eh vos
tatacombo
soy yo
dí
no me oyes
tataconco
soy yo sin vos
sin voz
aquí yollando
con mi yo sólo solo que yolla y yolla y yolla
entre mis subyollitos tan nimios micropsíquicos
lo sé
lo sé y tanto
desde el yo mero mínimo al verme yo harto en todo
junto a mis ya muertos y revivos yoes siempre siempre yollando y yoyollando siempre
por qué
si sos
por qué dí
eh vos
no me oyes
tatatodo
por qué tanto yollar
responde
y hasta cuándo

Chaintal Maillard: No te fies, no te fies, no te fies...

Desde Sopa de poetes:





Descubro esto en el blog Sopa de poetes y copio el texto que lo presenta:

el amigo fernando escalona nos regala esta joya de maillard y un enlace que viene muy bien. ¡muchas gracias, amigo!.


òscar

EDMON JABES: El umbral la arena (I)

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Color de mi canción

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Canto una canción

que las ramas conocen,

que las piedras han olvidado.

¿Sorprende esta canción a los hombres?

El rojo una vez sangre,

el verde una vez agua,

inspírame, viejo mendigo,

las palabras de mi canción.

Espejo

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En el dormitorio de las semejanzas

las hojas tienen sus pensamientos

Las piedras saben el ruido

dorado que hacen las abejas

El día estña íntimamente ligado

a su desesperanza a su oreja

Para el aire el agua del tiempo

la naturaleza baila

La hierba en la tierra tiene

un pie desnudo que avanza

Pero tú nunca oirás

ni un murmullo de cansancio

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Edmond Jabès

El umbral La arena (Ellago ediciones)

(trad. Julia Escobar Moreno)

Gérad Wajcman: El objeto del siglo

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Gérard Wajcman es un psicoanalista francés, miembro de L'Ecole de la Cause, Paris. Entre su producción, que incluye también obras teatrales, podemos mencionar L'Interdit, Le Maitre et l'Hystérique y L'invention du caché.

El dilema sería en definitiva este. O cambiamos las imágenes, o cambiamos la mirada. Se pone aquí en cuestión el estatuto de la pintura. O bien la pintura está para dar a ver lo nuevo, o bien está para hacer ver de manera nueva. Tal vez aquí pasa el filo de la navaja de la ruptura moderna, que opone un arte del acto, del nada-para-ver y de la mirada, a un arte de la contemplación, del todo-para-ver y de las imágenes.


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Una ética cuya regla universal y única se formularía con acentos wittgensteinianos: "lo que no puede verse ni decirse, el arte debe mostrarlo".


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Todo cuerpo representado, toda figura, todo rostro, de hecho toda imagen y toda forma estarían atravesados hoy, de una manera o de otra, por los cuerpos liquidados de Auschwitz. Como si, para todo el arte de la segunda mitad del siglo, las cámaras de gas constituyeran una suerte de vibración fósil que resonara detrás de cada obra, más allá de toda cuestión de género, tema o estilo. Como sila Catástrofe fuera el referente último de todo arte de este fin de siglo XXS.


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Al ser el Olvido un crimen, la Memoria es un deber. Deber de memoria porque algo excede a aquello de lo que podemos acordarnos. No olvidar aquello de lo que no podemos acordarnos, no olvidar que no podemos acordarnos verdaderamente de eso. Recordar sin cesar la memoria porque acordarse es imposible.