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El libro de un trepanado. El que escribió ese poema no existe más (...) ¿Quién carajo armó todo esto? No tengo ni idea (...) lo que yo tengo que ver con el efecto de ese libro es muy poco. No soy el autor de ese como de Crawl. -- Hospital Británico es algo que estaba en el aire. Yo no hice más que encontrarlo.
Viel Temperley
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Hospital Británico
(fragmento)
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Tengo la cabeza vendada. Permanezco en el pecho de la Luz horas y horas. Soy feliz. Me han sacado del mundo.
Mi madre es la risa, la libertad, el verano.
A veinte cuadras de aquí yace muriéndose.
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Aquí besa mi paz, ve a su hijo cambiado, se prepara -en Tu llanto— para comenzar todo de nuevo.
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Hector Viel Temperley, poeta argentino (Buenos Aires 1933-1987?) que me descubre el poeta y comunicador audiovisual Juan Felipe Guzman, tiene una vida extraña, una poesía de la desposesión atravesada por la trepanación que sufrió el autor y que deviene en ese fenómeno irreductible e irrenunciable que se mueve entre la precisión y el misterio y que pocas veces se da en los textos y libros. Hablamos de Poesía. Del descentramiento de una Palabra que emerge en la dactilografía del poeta. Y no se deja apresar por los límites del canon o la industria cultural. ¿El último poeta místico?.