Arturo Borra nos presenta en un atractivo ensayo una posible clarificación del papel del artista como creador y a su vez como agente social, no pudiendo separarse lo ético, lo estético y lo histórico en la obra de un autor, que muy frecuentemente debe escojer entre el éxito o la verdad de su obra, entre el poema o la poesía. Pero avanza más de eso, que comienza:
En alguna ocasión, T. Adorno –uno de los exponentes más célebres de la Escuela de Frankfurt– cuestionó la legitimidad misma de seguir escribiendo poesía: tras Auschwitz –como símbolo de una sociedad que ha industrializado la muerte– la escritura de un poema es “cosa barbárica” (sic)
1. Posteriormente, este autor rectificó su enunciado, generalizando el cuestionamiento: el sufrimiento también tiene derecho a decirse a través de la poesía; lo que en cambio conviene preguntarse es si se puede seguir viviendo después de Auschwitz
2. La pregunta, por más retórica que sea, no oculta su potencia crítica: después de acontecimientos históricos traumáticos de gran magnitud como los acaecidos en el S.XX, ya no debemos permitirnos una presunta ingenuidad. No hay inocencia posible del arte y la felicidad política (traducida en el ideal artístico de la pura armonía) es desconocimiento de la penuria del mundo.
Para leerlo completo, aquí, en la revista Youkali, que el ínclito Matías Escalera nos descubrió y cuida con buen criterio. De Matías además tuvimos la suerte de escuchar la lectura de su poemario "Grito y Realidad" en la libreria Primado.
Este texto de Arturo Borra recoje un tema candente y tan actual como poco atendido en sus matices y pormenores para tomar juicio y deliberar desde una visión amplia y desmitificada, critica y contracrítica, con la defensa y contra del casamiento entre "poesía y conciencia", entre "política y poesía". Una aventura apasionante que obliga a revisar nuestras creencias, razones y prácticas.
La crítica legítima de ciertos juegos poéticos –denunciados por conformistas, complacientes, superficiales o resignados– no habilita a una impugnación de todo juego poético en general24
6 comentarios:
En realidad, amigo mío, ese y otros ensayos no son más que apuntes para intentar caminar. Apuntes para una poética que no se siente a gusto en su casa, que rehúsa enseñorearse y titubea en lo íntimo, lo que no significa que sus resultados sean satisfactorios.
En fin, gracias otra vez por compartir estos escritos hechos para ser debatidos. Ayer nomás leí que decía García Montero: "Todo debate estético es una estrategia de poder". Si eso fuera así, ¿habrá querido decir que las poéticas deberían permanecer en estado pre-reflexivo, renunciando a su condición crítica? ¿O que todos estos debates son poco más que una forma de auto-centramiento en el campo? Cualquiera de las dos respuestas me parece inaceptable...
Un abrazo,
Arturo
Desde el distanciamiento que da la Nada leo con interés un debate que, incluso en la insistencia en denostarlo de quiénes lo pretenden anular, se revela imprescindible para esclarecer la profunda necesidad de la obra de Arte (no sólo poética) de involucrarse en el contexto en el que ha sido creado: un contexto que para algunos será político, para otros estético, para muchos intimista y egocéntrico y para todos, mal que nos pese, social puesto que en sociedad vivimos y morimos. Sigo leyendo y ya pensaré luego. Siempre luego. Muchos abrazos (aunque no comente estoy)
Víktor: he querido rescatar algunas de las reflexiones de Arturo que me han llamado la atención y sobre las que ya estoy reflexionando (sigo):
"No hay discurso (poético)
transparente; la presunta claridad del realismo es
producto de su afinidad lexical con los discursos
socialmente sedimentados"
"La razón cínica ya no es ingenua, sino que es una paradoja
de una falsa conciencia ilustrada: uno sabe de sobra la falsedad, está muy al tanto de que hay
un interés particular oculto tras una universalidad ideológica, pero aun así, no renuncia a ella”
"...ninguna poética
en particular alcanza para desestabilizar la predominante conciencia cínica: ante la denuncia del sufrimiento,
se responde con indiferencia; ante el mal impartido se responde con una carcajada que significa lo
real como cosa inexorable."
"Pero dista de ser evidente que la poesía deba restringirse a una
crítica del presente, tarea que además comparte con otros campos simbólicos, como las ciencias sociales o la
filosofía."
Queridos Arturo y Alicia:
Vuestras intervenciones merecen una contestación centrada y detenida, que ahora, con el cansancio nocturno no puedo daros. pero volveré para dar cuenta de tan sabrosas respuestas en asunto tan serio como necesitado de buen talante (o quise decir talento). Mañana les escribo.
Un abrazote
Viktor
Hola Alicia, gracias por sumarte a este debate que, no por incómodo, menos necesario. Muchos lo niegan -y no es para menos, porque como autores centralizados, no les interesa en lo más mínimo que sean puestos en cuestión (incluyendo sus poéticas) y en relación (con grupos sociales y pugnas ideológicas más o menos concretas). Y gracias también por el "rescate".
Hasta la próxima, un saludo cálido,
Arturo
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