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Léase éste poema
con todo el cuerpo:
---- - ábranse las manos,
abrase el verso y ciegue
después, en su silencio,
el rescoldo de verdad
entre los basurales y el olvido.
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Las visionó Tanguy las ruinas de la gran ciudad
la gran madre, la gran ramera del hombre
convertida en rocas, tapas de inodoros fosilizadas
plataformas que taponaran las chimeneas contaminantes de las fábricas
materia muerta, mineral rosado, diminuta escoria de la baba del hombre
de las heces del hombre, de la putrefacción del hombre.
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El mal se retuerce en los tornillos oxidados de la tecnología punta.
Basurero, ciego oso de trapo, muñeca rota,
pulverizados perdidos en la ciudad sin niños.
Los volúmenes rozan piedra con piedra.
Ni pintor, ni poeta, ni filósofo, ni rata,
ni gobierno queda en pie, ni la roca, el arco
que ocupan troceados la tierra.
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Un cielo gris, nada nuevo, antes, hoy, la misma hambre,
mismo genocidio, mismo silencio
la normalidad introduce sus dedos
en la garganta anestesiada y vomita
cadáveres niños, mujeres violadas,
degollados, torturados, exiliados nuevos.
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Pero aquí cantamos, pero aquí cenamos,
pero aquí nos queda la palabra,
la puta palabra para envenenarnos el pan,
los medios para calmar el hambre de violencia y esperpento.
La ciudad petrificada espera la boca de otro tiempo
para fundar nuevas ruinas.
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Ana Mª Espinosa (Jerez de la Frontera)
4 comentarios:
Ante un poema así no hay mejor forma de rendirse: Volver a leerlo. Compi, gracias por traerlo aquí. Ana, por favor: Explora ese camino.
Banda mía: ¡Hasta el quejigo y mucho más!
Julio
Querido Julius:
¿No habría de multiplicarse este poema como si de una zarza fueran cayendo espinos y deviniendo en nuevas zarzas, y así hasta que todo el horizonte fuese ese zarzal de la ira, esa zarza ardiendo de los muertos y escombrados en las fosas criminales, en los basurales del olvido?
La banda del quejigo, siempre ahí.
Un abrazo grande, compa.
Tu Víktor
Julio:
Te voy a contar un secreto:
Los caminos me exploran a mí, me sondean y yo me dejo.
Besos de quejigos y romero.
Víktor:
¿Cambiaremos?, no en lo esencial.
Iremos transformándonos, haciéndonos camaleónicos sobre aquellas zarzas y espinos que nos punzan el alma, rodaremos, vagaremos, perderemos y ganaremos finalmente a nosotros mismos, en ti, en Julio, siempre en el otro, por el otro.
Besos de atardeceres y quejigos.
ANA:
A tu vera, compa,
Víktor
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