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Hoy entendí
que me estoy muriendo
para poder cuidarte
para poder cuidarte
desde lo más profundo de ti mismo.
Sabes del color de nieve
del vestido blanco recién lavado,
que colgado perfuma
de limpio
el jardín. El perro lo mira moverse
a uno y otro lado, a un lado y a otro,
acompañando al viento.
El mirlo anida enfrente mientras
te acurrucas con adopción de fuego.
Aunque no estás.
El vestido blanco, mi cuerpo desnudo:
tómanos en palabras de abrigo
para que no mienta cuando escriba
que estuviste.
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¿Cómo hablar
------------------ ahora
de la nieve y su frío
si no queda
-------------------- aquí
ni un pedazo de cielo
desde donde caer?
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¿Cómo hablar
------------------ ahora
de la nieve y su frío
si no queda
-------------------- aquí
ni un pedazo de cielo
desde donde caer?
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Escarcha grisácea, espera,
remolino en acto de justicia:
eso eres.
Y cantas, precisamente ahora, con
las palmas abiertas de llanto y nieve.
Así vives: confundiéndote
con lo que ofreces.
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Lucía Boscá Gómez
Jirones de luz
(Inédito)
3 comentarios:
¿Por qué no me ha llegado esta actualización de tu blog? Madre mía, estoy temblando...(de miedo) Así que eso haces con los poemarios que te pasan, eh?
(Que tú subas esto, con lo crítico que me eres, es...)
Largo el trayecto a Madrid para estirarte de las orejitas primero, y para abrazarte después!! Largos los rones "en más deuda y también amor"!!!!!
Besos muchísimos.
Lu:
Lo he releído. Aguanta, es solvente ese poemario.
Y enseña. Eso que hace la poesía,
como una canción,
directamente en vena. Sin intermediarios, sin otra eficacia que su cara música del sentido.
Sin otro sentido
que abrir una posibilidad
en "el desierto de la sed"
de avanzar hacia.
Un beset
Víktor
Así vives tú, Lu, confundiéndote con lo que nos ofreces. Cada día.
Poesía y persona, todo en una.
Un abrazo capicua.
Jesús Ge.
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