.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Llega el común hastío con manto guerrero
Y accede a cada casa latente en la neblina
Su ofensa se contagia y ensalza al que inclina
Donde el rigor se instala bullente en hormiguero
.
.
Las lluvias no son suaves sobre el héroe primero
Las criaturas salvajes van tras quien las domina
La alusión a la fiebre con más fiebre termina
Se esparce el fruto amargo en forma de aguacero
.
.
Hermana teme a hermana con semblante inocente
Cuando el temblor se inicia y demanda obediencia
El atroz día mudo que alarga un huso ausente
.
.
Si sólo fuera helada la fraterna indolencia
Ya el diluvio del rezo se probó insuficiente
Implacable y sediento, el letargo es su ausencia
.
.
Pilar Adón
su web
.
.
.
.
.
.
.
.
Como la pleamar se adentra en el estero
En el alma se estanca el rumor de la ruina
Naves de sombra horadan la boca de una mina
La antigua salazón tiene sabor de acero
.
.
El último dios libra su oráculo extranjero
La noche es un ritual detrás de la cortina
De la punta del cabo al África vecina
Va y viene sin cesar un cuervo mensajero
.
.
Lleva el río destellos de moneda corriente
Las torres de vigía propagan la advertencia
El incendio final que da nombre a Occidente
.
.
Un cantor ciego gime absorto en la videncia
Como un ancla de piedra que gira incandescente
El sol se arroja al mar hastiado de su ciencia
.
.
Santiago Auseron
su web
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario