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RELOJ
No espero nada y sin embargo miro
el reloj;
útil de envejecer que llevo puesto
como una joya.
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UN SUEÑO DE EDGAR ALLAN POE
Edgar Allan Poe
soñó que había muerto; asistía con cierta
curiosidad a la incineración de su cadáver.
Vio cómo sus cenizas se arrojaban al río Potomac.
Dentro del mismo sueño, un gran salmón
engulló aquella pasta gris que el río acercaba a la orilla.
Hasta muchos meses más tarde,
cuando invitado por su tío John
almorzaba en el puerto y una espina
de salmón estuvo a punto de ahogarlo,
no vino a su memoria aquel extraño sueño
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