EL CÍNICO
Claro es que no tengo en las manos
el derecho a morirme
ni siquiera en las abandonadas tardes de los domingos.
Por otra parte se debe comprender que la muerte
es una manufactura inoficios
ay que los suicidas
siempre tuvieron una mortal pereza
de sufrir.
Además, debo
la cuenta de la luz…
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EL VANIDOSO
Yo sería un gran muerto.
Mis vicios entonces lucirían como
joyas antiguas con esos deliciosos colores del veneno.
Habría flores de todos los aromas en mi tumba
e imitarían los adolescentes mis gestos de júbilo,
mis ocultas palabras de congoja.
Tal vez alguien diría que fui leal y fui bueno.
Tal vez alguien diría que fui leal y fui bueno.
Pero solamente tú recordarías mi manera de mirar a los ojos.
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