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CANTO VIII
Tengo el recuerdo de haber dormido contigo
y dormido a cuclillas mis manos sobre el caliz
profundo de tus dedos devorándote el día. Contigo,
hermano negro, hermano niño, hermano polvo, contigo
y acallando las sílabas de luna
del perdón, de la rabia, la aceituna, el olor de la piedra.
Contigo relampagueando tu silencio de venas
Contigo suspendiendo las axilas sobre el fuego
contigo atravesando las corolas del granero
(yo, contigo: profundamente contigo)
Enrique Falcón
2 comentarios:
Esa marcha interpela cada tendón, cada fibra de la sensibilidad y el descentramiento. Qué buena la voz de Quique poniendo en marcha tanta voz acallada.
Me sacude cada vez.
Laura.
Es muy potente todo lo que sugieren y revuelven unas pocas palabras intencionada y poéticamente.
Y es que Quique es una de las voces en castellano mejor afiladas.
Un abrazote,
Viktor
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