martes, 28 de agosto de 2007

La alargada sombra de Alicia Coltrane


Hay que rellenar primero el formulario ese amarillento.

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Verás... mi amigo Coltrane y yo, que tenemos cierta amistad y complicidad con Alicia, intentaremos echarte una manita para que te dejen atravesar el espejo. Pero ocurre, que aún no es tu hora, por eso las pegas que se te ponen en esa angosta y siniestra oficina, aunque se intentará que por unos segundos (el tiempo es relativo), pases un añito al otro lado del espejo, más que nada, para ver si te inspiras y consigues escribir como un verdadero ángel de luz.

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Convendría también que no le hicieras tanto caso a ese presuntuoso y desordenado Belcebú y fueras más cuidadoso en tus vuelos rasantes, acentuación, amistades y correos. Se te tendrá en cuenta, al otro lado; también depende con quien te juntes, porque allí no hay normas, es más que nada por el rigor literario y celestial al que aspiras.

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Ana María Espinosa.




No recibo contestación. Esperaré. Aún estamos a tiempo. Pedí hace unos días que me atendiesen una antigua y reiterada petición pero en aquella siniestra y angosta oficina se limitaron a mirarme unos segundos, pasarme un tosco formulario amarillento, toser bajito y volver a perder la mirada frente a una oscura pared.



Ron Mueck

Esperaré. Belcebú se me antoja presuntuoso y algo informal, muy atareado y poco dado al orden. Sabe que deseo escribir como Julio Obeso, bueno en realidad se llama Coltrone y no vive en Gijón sino en una pequeña casa de dos plantas, en Long Island. Si, quiero escribir como Julio Coltrone. Romper la pesada e insufrible prosa académica, romper el sentido taciturno del funcionario de versos, escribir como un auténtico ángel de la luz.


Marc Chagall
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Ayer, de regreso a casa, ya sin otra luz que el alumbrado de la calle una sombra azulada se hizo tras mío. No me dio tiempo a girarme, pero creo que era el eco de una de sus frases ingeniosas, peterpanescas pero a lo coltrone, más humorísticamente dislocado, más ácidamente tierno.




Su beckettiano ojo dibuja en la pizarra lo más cotidiano como auténticas pinceladas de Godot, ese extraño pintor con obra inestrenada que bebe cerveza y toca el saxo, que se dedica a las apuestas de carreras de caballos y en su invidencia sabe tocar el piano y liar cigarros con la habilidad de un afrocubano.







Aún hay tiempo. Pero cómo pica el sol eléctrico del techo. Esta oficina es un bonsai burocrático de hojas perennes. Total solo pido escribir como Julio Coltrane (John Coltrane). ¿Por qué tardan tanto? Un imposible cualquier diablillo de comedia húngara lo haría. ¿qué problema hay?.

Víktor Gómez

2 comentarios:

Julio Obeso González dijo...

Turiyasangitananda.
Ese nombre, que más bien parece un trabalenguas, es sánscrito.Nada dirá a quienes no tienen al jazz en sus oraciones, pero fue el que eligió Alice Coltrane cuando se convirtió al hinduismo, allá por los años 70. Alice fue la última mujer de John Coltrane, un gigante del saxo, el hombre que junto a Charlie Parker más conmocionó la historia de la música improvisada.
Desarrollarse como músico intrumentista dentro del jazz, siendo mujer y pareja de un coloso no era tarea fácil, pero ella lo consiguió.
Casada con Coltrane en 1964, pasa a formar parte del cuarteto estable del saxofonista, sustituyendo en el piano a otra leyenda: "McCoy Tynner" que junto a Jimy Garrison (al bajo), y a Elvin Jones (batería), escribieron algunas de las páginas más bellas del jazz. Queda viuda en el 67 cuando John apenas contaba cuarenta años.
Alice destacó como pianista, organista, compositora y además llevó el harpa a los mejores escenarios, sabiendo incorporarla dentro de la trabajosa oficialidad instrumental de la época. Es considerada como una de las precursoras del estilo "New Age", caracterizado por su tempo lento y melodioso, introspectivo, al que se le añaden sonidos grabados de la naturaleza y donde las palabras "karma" o "Madre Gaia" se pasean con hogareña comodidad.
"Translinear light" Es el disco testamento de esta gran artista, un disco que rompió 26 años de sequía y en el que aparecen sus hijos Ravi y Oran Coltrane. En su última entrevista así definió la música:
“La música es tan maravillosa, tan poderosa, que puede ser usada para curar. La música hace que la gente olvide sus tristezas, sus problemas. La música es utilizada en prácticamente todas las religiones del mundo. Es una fuerza invisible capaz de llegar a los corazones de las personas”.
Esto es la parte oficial... Pero si pensabais la pintora de versos y tú, que os ibais a librar de mí con tan poco... ¡Ja! Prometo volver, pero es que estas horas no son horas.
Julio

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Estimado Bourne, Coltrone, Dr. Watson, Fu Manchu:

Tan ilustrativa historia suaviza y aleja la histeria de esa hecatombe de letras hervidas al calor de sus hazañas. Investigaré y dispondré un post para la Sra. Coltrone y su jazzistica aventura imprevisible, originaria más que original de arte y vida lograda.

De su vuelta, ¿quién dudaría? Sabemos por él, por Caín, que Abel está donde tiene que estar, mientras comemos el cordero y bebemos el vino de la alusiva complicidad.

Entre tanto te dejo con una anécdota que se te atribuye junto a otros dos (im)presentables genios, para ir haciendo boca, entiendase oído:

Thelonious Monk era un personaje que conocía su propia estatura. Durante una de las famosas sesiones con Coleman Hawkins y Julius (John) Coltrone, el primero pidió a Monk que les explicara una de las composiciones.
El pianista miró fijamente al magistral saxofonista:
- Tú eres el gran Coleman Hawkins, ¿verdad?. Tú eres el tipo que inventó el saxo tenor, ¿no?. -
Entonces se volvió hacia tí:
- Tú eres el osoAstur Julius (John) Coltrone, ¿no?. Bien amigos, la música está dentro de vuestros instrumentos, entre los dos deberíais ser capaces de encontrarla.-

(Nat Hentoff, 'Memorias de Thelonious Monk', 1995)

Lo de tu cansancio y horas intempestivas ya lo sabíamos todos. Después de Sabina en España, eres tú desde tu gira por Japón el artista que más intensamente empuja las notas del arte. Y a tus palabras me remito:

'Bueno, no he tenido mucho tiempo en los últimos quince años, y cuando consigo tener un poco, normalmente estoy tan cansado que me voy a cualquier parte y me pongo a descansar durante dos semanas. Si es que consigo tener dos semanas. Y entonces la mayor parte del tiempo tengo la música todavía en la cabeza.'
Y no me extraña, con ese perímetro craneal que gastas.

En fin, un saludete y hasta pronto, compañero del alma, compañero.

Tu Victor