domingo, 22 de julio de 2007

WALLADA: Una mujer fatal del siglo XI


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ANA ARROYO es WALLADA

Su carrera artística se ha desarrollado con un alto nivel técnico de la danza clásica, que combina con el baile español, flamenco y contemporáneo.
Ha estudiado con maestros de danza clásica como: Julia Estévez, Maria Blanco, Fernando Bujones, Aurora Bosch, Pino Alosa, Robert Strajner, Carmina Ocaña, Suki Schorer, Alicia de la Corte y Dacmara Brown entre otros.


UNA PRODUCCIÓN DE QURTUBA CULTURA YESPECTACULOSWALLADA, LA PRINCESA OMEYA
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Hace mil años, Córdoba era capital cultural del mundo conocido. Con un millón de habitantes, un alcantarillado vanguardista, sus noches iluminadas calle a calle por fuegos inspiradores, como dice la canción, disfrutaba de un momento único en la historia de la humanidad, bajo el califato omeya. La cultura florecía: la escuela de derecho, la arquitectura, la cocina y, sobre todo, la forma musical y de poesía conformaban el momento más alto de toda nuestra historia posterior. Amantes de la belleza y la filosofía pura, donde las noches cordobesas se sucedían como en una leyenda, Córdoba disfrutaba de un momento único en libertades. Es el momento que elegimos para Wallada, el sueño de un poeta cordobés. Wallada es hija de un califa que gasta su fortuna en vivir alocada y libremente, organizando un gabinete literario donde se reúnen, leen poesía y beben desaforadamente los más altos hijos de Córdoba. Ahí conoce a nuestro poeta, Ibn Zaydún. Su historia de amor y desamor ocupa nuestra obra.




Pero antes debemos saber que los omeyas no son africanos, sino sirios, y fueron asesinados por los abasidas en una cena que la historia narra, salvándose tan solo, después de una persecución terrible, el que luego sería Abderramán I, fundador del emirato cordobés que habría de dar al mundo luz y esplendor. Pero no todo era tan fácil; Almanzor había desmembrado la sucesión omeya, y llamado para su plan conquistador a los bereberes, fundamentalistas africanos. Al morir Almanzor las diferentes fuerzas chocan entre sí. El fundamentalismo bereber era odiado por cristianos, judíos, eslavos (los eunucos de palacio) y árabes, que se alían entre sí contra la fuerza africana, perpleja ante la relajación de costumbres entre los seguidores del Corán. Las guerras son continuas y, pronto, el califato queda desmembrado. De aquella época nos quedan las obras de Ibn Hazm, la poesía de Ibn Zaydún y la libertad de Wallada, que puede considerarse como la primera mujer libre de Occidente.
El musical integra mediante un rock sinfónico andaluz aquel momento único en libertades en que las religiones basadas en el mismo Dios convivían dentro de un marco de tolerancia y desarrollo sin igual. Se ha tratado la escenografía espectacularmente mediante el desarrollo de proyecciones móviles y dinámicas, acompañando a la danza que integra a través del ballet clásico, el español, y el flamenco tres formas diferentes de entender el mismo hecho: el amor y la libertad, en el momento en que se crea para siempre lo que hemos dado en llamar el ser andaluz. Una obra, en fin, que emociona profundamente e indaga en las raíces más bellas de nuestra historia.
La fuerza de la libertad, encarnada en la vida de Wallada, quiere ofrecer en nuestro musical un mensaje de integración y paz, ya conseguido en nuestra historia, y roto por el fundamentalismo religioso, intentando establecer un paralelismo en la resolución de conflictos, muy parecidos a aquellos en los que nuestro mundo anda inmerso: el amor como creador de civilizaciones, la guerra, destructora de ellas. Y señalar que la voluntad humana es la única capaz de resolverlos.

José María de la Quintana

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Hija del califa Mustafkí, fue la más célebre de las poetisas de Al Andalus. En 1025 abrió palacio y salón literario en Córdoba. Su historia de amor y desamor con Ben Zaydun se convirtió en una leyenda.
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Entre las figuras intelectuales, políticas y mundanas en el brillante naufragio del Islam español durante el siglo XI, la más llamativa es la princesa Wallada, de la familia real de los Omeya, cuyo padre fue uno de los muchos califas que durante la fitna o Guerra Civil llegaron al trono cordobés mediante el asesinato y a puñaladas también lo abandonaron. Abderramán Obaidallah al Mustafkí, padre de la más célebre de las poetisas de Al Andalus, mató en 1023 a Abderramán al Mustazhir, el fugacísimo califa elegido asambleariamente en la Mezquita de Córdoba, que hizo ministros al gran Ben Hazm y su amigo Ben Suhayd pero cuyo reinado sólo duró siete semanas. Dos años después, el asesino fue asesinado en Uclés. Hay cierto consenso en considerar a Mustafkí como uno de los tipos más viles de cuantos poblaron el caos entre Almanzor y los almorávides.

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La ajetreada, tumultuosa y libérrima peripecia vital de Wallada ha llevado a muchos a pensar que las mujeres de Al Andalus, por supervivencia de las costumbres cristiano-visigóticas o por cierto matriarcalismo beréber, disfrutaron de una libertad que no tienen las mujeres en ninguna sociedad islámica. Las estudiosas más modernas, como Rubiera Mata, apuntan que en la sociedad andalusí sólo hay dos grupos a los que se permiten imprecisas y amplias libertades: las solteras o viudas ricas y las prostitutas. Sólo había libertad sin honor o sin marido. Lo denunció el propio Averroes (Ibn Rushd):
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"Nuestro estado social no deja ver lo que de sí pueden dar las mujeres. Parecen destinadas exclusivamente a dar a luz y amamantar a los hijos y ese estado de servidumbre ha destruido en ellas la facultad de las grandes cosas. He aquí por qué no se ve entre nosotros mujer alguna dotada de virtudes morales".

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Sin embargo, dos costumbres palaciegas de buen tono, la poesía y la caligrafía, alumbraron poetisas andalusíes. La primera, en el siglo VIII, fue Hassana at'Tamimiyya. Pero es en el siglo XI cuando surgen mujeres de buena posición dedicadas a las letras, como la cordobesa Aisa bint Ahmed Ibn Qadim, o la piadosa -única que peregrinó a La Meca- Maryam bint Abu Yaqub Al-Ansari, de Silves. La mejor, por el número de poemas conservados y por su trágica historia de amor con Abu Yafar ben Said, es la granadina Hafsa bint ar'Rakkunniyya. También granadinas fueron la sutil Umm al-Hanna y la descarada Nazun bint al-Qalai. De Guadalajara, Umm al'Ala. Y dos princesas: la sevillana Butayna hija de Mutamid, y la almeriense Umm al-Qiram, de Summadih. Pero Wallada las ha eclipsado a todas.








Tras la muerte de su padre, con apenas 17 años y gracias a los fondos que Mustafkí supo guardar, Wallada abrió palacio y salón literario en Córdoba, donde ofrecía instrucción a hijas de familias poderosas y acaso instruía a esclavas en la poesía, el canto y las artes del amor. Al cabo ella era hija de Amin'am, una esclava cristiana enviada a cultivarse a Medina, y su nodriza y maestra fue la esclava negra Safia. Cuando tenía unos 20 años conoció al hombre que marcó para siempre su vida. Es un encuentro de famosos, buscado por ella. Ben Zaydun es un noble de excelente posición, con gran influencia política y sin duda el intelectual más elegante y atractivo del momento. Pero Wallada es la mujer más culta, famosa y escandalosa de Córdoba. Se pasea sin velo por la calle y, a la moda de los harenes de Bagdad, lleva versos suyos bordados en la orla de su vestido o en túnicas transparentes. Los del lado izquierdo dicen:

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"Por Alá, que merezco cualquier grandeza
y sigo con orgullo mi camino"
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; los del derecho:
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"Doy gustosa a mi amante mi mejilla
y doy mis besos para quien los quiera".

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Es una belleza apabullante: hermosa figura, tez blanca, ojos azules, rubia-pelirroja... el ideal de la época.






Wallada era una mujer acostumbrada a mandar, en la calle, en la casa y en la cama. Se enamoró de Ben Zaydun en una noche de fiesta poética, jugando a completarse poemas según la costumbre cordobesa de entonces. Fue el choque de dos vanidades literarias, en la que ella tomó la iniciativa. Pero tras unos amores estrepitosos, apasionados, públicos y versificados, pronto se rompió el idilio.¿Cuál fue la razón?

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Wallada escribe:


"Sabes que soy la luna de los cielos
mas, para mi desgracia, has preferido a un oscuro planeta".


¿Una amante negra, esclava de la propia Wallada? La traición con un amante negro es una convención de la poesía islámica. No debe tomarse literalmente. La tradición no la niega Ben Zaydun, pero ¿con quién? Es posible que fuera con la propia mujer fatal de Wallada, la mujer Munya, a la que nuestra princesa encontró en la calle y a la que, fascinada por su belleza, compró, educó, convirtió en poetisa desvergonzada y que finalmente la abandonó. Es más probable que Wallada sorprendiera a Ben Zaydun con un amante masculino, porque eso le reprocha luego ferozmente en sus sátiras:
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"Si (Ben Zaydun) hubiera visto falo en las palmeras
sería pájaro carpintero".

En fin, lo cierto es que Wallada no la perdonó nunca. Se hizo amante del hombre fuerte de Córdoba, el visir Ben Abdús, rival político y enemigo personal de Ben Zaydun, al que privó de sus bienes y acabó metiendo en la cárcel. En esa época de cautiverio físico y amoroso escribió Ben Zaydun sus poemas más famosos. Pero Wallada no quiso volver a verlo. Eso es lo que creó realmente la leyenda. Ben Zaydun, tras recobrar la libertad, recorría de noche los palacios arruinados de Medina al-Zahara, símbolos de una pasión destuida. Toda Córdoba lo vio errante y ojeroso, enfermo de amor, y supo de sus poemas sumisos, implorando el perdón que nunca le fue concedido. Algunos creen que Ben Zaydun utilizó la forma de amor udrí, precedente del amor cortés occidental, para expresar su pasión. Otros, como Nykl, piensan que su relación con Wallada es como la de Musset con Georges Sand. Ciertamente parece la de una deminatrix con un esclavo voluntario, pero el secreto a voces no deja de ser secreto. Y la poesía lo mejora.Arruinada en su fortuna y su crédito, Wallada recorrió la España de los reinos de taifa, quizá también la cristiana, exhibiendo su talento y acaso otorgando sus favores, pero siempre volvió a Ben Abdús, en cuyo palacio acabó viviendo aunque sin casarse con él y bajo cuya protección le sobrevivió, siempre altiva y hermosa, hasta cumplidos los 80 años. También Ben Zaydun rehizo su vida y su carrera política en Sevilla, a la sombra del feroz Mutamid, padre del rey poeta Mutamid. Vivió muchos años y murió rico y poderoso, quizá remotamente nostálgico o quizá totalmente curado de aquel amor que ya sólo vivía en las antologías poéticas.

BEGOÑA POZO: justa palabra en voz sin veneno


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Poema Políticament incorrecte

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Ara que ets mort, que ets més mort que mai

pense a l'infern que, potser al teu món,

existeix. I és que fem part d' universos

paral.lels. No hi he anat mai a Xile,

tampoc no sóc xilena, però ara i ací

et condemne per tots els desapareguts

que no volien desaparèixer,

per tots els morts que no volien morir,

per tots els fills fets orfes

i que tampoc no volien ser-ho,

per tots els somnis trencats.

I així podria continuar

i continuar, fente-te agra memòria,

però no sòc historiadora.

Hui sóc només la lletra delicada

que et condemna boca per avall

a l'infern on tan sols se't permetrà

parlar per el forat negre i fondo

que fou el teu cul, o la teua boca.

Probablement qüestió de perspectives.


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CALLE ZAMBRANA, Nº 83




A ma mare




Quantes històries ara que tornes de nou


i plou un cel llunyà.


Els peus banyats et recorden


que ningú ja no pot arrencar-te


de la terra que dus a l’ànima,


roja i plena d’oliveres


on les teues passes petites


ressonen encara jugant en una era


gran i verda de fam trista.


No te n’has anat mai.




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INSOMNI






Al fons de la nit sirenes



mai escoltades, grills, granotes.



Tot és viu sota aquesta foscor.



Lluny, en silenci, vosaltres,



més enllà de marjals, mars i llunes.



Passen les hores i el temps es desfà



entre les ungles velles, trencades



d’arrencar la sorra que cegai tu, inútil,



¿encara penses



que els poemes són la salvació?



Torna al llit, dorm i deixa



que el dia t’aculla novament.






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Biobibliografia




Begonya Pozo nasqué l’any 1974, a València. Actualment treballa com a traductora i professora d’italià a la Universitat de València, on ha estat una de les impulsores de l’Aula de Poesia -junt amb Vicent Alonso. Ha publicat els llibres El muro de la noche (València, Germinal, 2000) i la plaquette Tiempo de Sal (Facultat de Filologia, 2002) -que posteriorment aparegué com a llibre Tiempo de Sal (Carcaixent, Edicions 96, 2004). Aquests poemes pertanyen al llibre encara inèdit La nuesa dels dies.






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Poètica urgent




La poesia, com a qualsevol de les arts, naix del conflicte. Naix de la necessitat de posicionament davant d’un món que és, per definició, incomprensible i inabastable. En conseqüència el llenguatge, potser la més perfecta eina humana, es converteix en instrument necessari -però insuficient- per desxifrar el codi de la realitat. I dins d’aquest procés de descodificació imperfecte es produeix el diàleg, la xarxa que uneix les mirades de l’autor i del lector amb la finalitat desitjada d’omplir tots els buits de sentit que genera la producció textual. Així doncs, l’artefacte lingüístic i poètic no és res més -res més!- que un caleidoscopi infinit a través del qual transmetre la visió d’un món, el nostre, convertint-nos així en els testimonis privilegiats d’una quotidianitat sempre fugissera i que mai no ens pertany completament, ni tan sols als versos que considerem fruit de la nostra victòria sobre el temps. Tanmateix, més enllà dels textos roman la clau per (re)crear un espill infinit de suggeriments: la mirada.