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Bitácora de Víktor Gómez “Valentinos para compartir noticias, actos y novedades culturales, escrituras, encuentros literarios, presentaciones de libros, crítica y reseñas y otras varias curiosidades.
lunes, 30 de julio de 2007
ADA SALAS: Alguien aquí
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ANTONIO COLINAS: CONOCER, ESCRIBIR, SER, COMPARTIR
No basta con copiar o repetir la realidad, o los temas de la tradición. Hay que hacerlo con palabra que se distinga, con palabra nueva. Es la novedad que ofrece la palabra poética –su necesidad de fulgor, de intensidad, de emoción, de pureza formal-, lo que distinguen al poema, lo que hace que el poema sea tal poema y no prosa cortada engañosamente en trozos. Estas son algunas de las características que yo le exijo al poema para que sean verdadero poema.
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La poesía es también algo estrechamente unido a la vida, a la experiencia de ser, al viaje exterior e interior de cada creador. No concibo un mundo sin poesía y no concibo, por ello, que ésta no vaya estrechamente unida a la experiencia cotidiana. Bajo este punto de vista, la creación poética tiene mucho que ver con lo que Jung reconocía como proceso de individuación, es decir, el que nos lleva a cada uno de nosotros al pleroma: a ser lo que cada uno de nosotros queremos y debemos ser, a la plenitud. Por eso, la poesía se manifiesta a través de un lenguaje que nos sitúa en un alto grado de consciencia y que nos pone en ese camino que conduce a la plenitud de ser.
ANTONIO COLINAS
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JUAN VICENTE PIQUERAS: Confesión del poeta
Memoria del Festival Internacional de Poesía de Medellín. Confesión del fugitivo es uno de los poemas que leyó el poeta español Juan Vicente Piqueras en junio de 2001 en Medellín, en la undécima edición de este encuentro. En el poema, Piqueras revela la condición del exilado, del fugitivo cuyo destino es escapar, sin saber quizás dónde ni hasta cuándo. Juan Vicente Piqueras nació en Los Duques de Requena, Valencia, España, en 1960. Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia. Desde 1988 reside en Roma, donde ha sido profesor del Instituto Cervantes. Ha publicado los libros: Tentativas de un héroe derrotado (separata de la revista Cuadernos Hispanoamericano --Madrid, octubre 1985-), Castillos de Aquitania (Edizioni Stelle, Sassuolo, 1987); La palabra cuando (Premio de Poesía José Hierro, 1991) y La latitud de los caballos (III Premio de Poesía Antonio Machado en Baeza, 1999). Ha traducido del italiano La miel de Tonino Guerra (Ediciones La Palma, Madrid, 1994). Juan Vicente Piqueras fue el reciente ganador del Premio Internacional de Poesía para libros de poesía en lengua castellana, otorgado por el Festival Internacional de Poesía de Medellín.
Sólo soy feliz yéndome.
No entre cuatro paredes, con sus sendas espadas,
sino entre aquí y allí, una casa y otra,
ajenas ambas preferiblemente.
No puedo ya, ni quiero, estarme quieto.
Ni ahora ni después. Ni aquí ni allí.
En todo caso ahí, donde estás tú,
seas quien seas tú, ponme tu nombre.
Yo no soy yo ni puedo tener casa.
No digo ya porque nunca lo fui,
nunca la tuve, siempre fui extranjero:
el mendigo que duerme bajo el puente
que une mis dos orillas y yo cruzo
sin poder, día a día, detenerme.
Escribo porque espero. Pero ya no sé qué,
se me ha olvidado. Espero que escribiendo
llegue a acordarme. Insisto en la intemperie.
Sinvivo entre paréntesis
en el espacio vivo y tiempo muerto
de la espera de qué, entre dos aquíes.
Nunca en, sino entre. No in ma tra.
He decidido que mi patria sea
no decidir, no estar en ningún sitio
que no sean aviones, naves, trenes,
donde yo sea sólo el pasajero
que sé que soy, sabiendo
que me inquieta la paz
y la quietud me asusta,
que la seguridad no me interesa,
que sólo soy feliz cuando me sé fugaz.
viernes, 27 de julio de 2007
SÓLO ASÍ de Julio Obeso González- Poeta asturiano
DANIEL BELLON: RESIDIR EN LA INSULAR RESISTENCIA A LA ABRUMADORA TENAZA DEL OCÉANO
Territorio / Piel
"Quise
Enterrarme en aquel aire, en aquella
Tendida claridad la isla"
Manuel Padorno
"No tenía paredes su palacio ni
puertas para entrar o salir. El habitante
estuvo siempre en su interior"
Rafael Arozarena
resopla rabia
el mar frente a las rocas
la isla es su reto
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JOSE ANGEL VALENTE: ATRAVESAR EL SILENCIO
RISA NEGRA, EL ENIGMA DE AFRICA
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África encierra toda la belleza y el dolor del mundo. Como un diamante ensangrentado. Desde la hermosura de la sudanesa Halimé Atom en el campo de refugiados de Djabal, junto a la villa chadiana de Goz Beida (Duna Clara) a la explotación de niños cargados con pilas de hasta 45 ladrillos macizos en la carretera entre Bukavu y Uvira, en el oriente congoleño. La muerte y la 'limpieza étnica' desangran Darfur, y han expulsado a Halimé y a otros centenares de miles de sudaneses de sus casas. Pero ella no deja de sonreír: «Algún día volveremos». La luz es ámbar, canta un gallo, se escucha una bomba lejana extrayendo agua, las sombras se alargan sobre la arena, rebuzna un burro, bala una cabra. Todo el campo destila una falsa, engañosa paz. Pero la belleza y la sonrisa de Halimé Atom son verdaderas, en medio de la desgracia. Ella y otros 15.000 refugiados sudaneses llevan tanto tiempo aquí que cercas, cabañas y gentes se han mimetizado con el paisaje, y las enredaderas se abrazan a las empalizadas de cañas como si fueran a ser eternas.
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"Hay pocos sonidos más agradables para el oído que la música conocida en África con el nombre genérico de Lingala. Si Zaire ha fracasado en la mayoría de los sectores, la música debería considerarse como la única y más gloriosa excepción. Sus seguidores, repartidos por todo el continente africano y por los clubes nocturnos afrocaribeños de París, Bruselas y Londres, rechazan las bandas locales para bailar al ritmo cadencioso nacido en los alumbres zaireños. El misterio está en cómo unas condiciones tan deprimentes pueden conducir a la creación de melodías tan contagiosamente alegres, de un tono tan inocente", escribe Michela Wrong en Tras los pasos del señor Kurtz. El Congo al borde del colapso, su impecable radiografía congoleña. Como recordaba The New York Times, las estadísticas no bastan para explicar el mundo: "La esperanza de vida de los africanos es la más corta, ganan los salarios más bajos y sufren algunos de los peores gobiernos del planeta. Tienen más probabilidad que cualquier otro pueblo de enterrar a sus hijos antes de los cinco años, de contagiarse de sida, de morir de malaria o tuberculosis, y de necesitar ayuda alimenticia", y sin embargo, una encuesta reciente constata que los africanos son los más optimistas del globo. Lydia Polgreen, periodista del diario neoyorquino, lo ha visto con los mismos ojos que este reportero: "Cada día vivido aquí, cada nacimiento, boda, graduación, salida y puesta de sol es, en mayor o menor medida, un triunfo diario de la esperanza sobre la experiencia". En ese florecimiento de la esperanza juega un papel nada desdeñable la religión, no en vano África es, junto a EE.UU., la región más religiosa del mundo. La miseria brutal que les carcome "no se recibe con estoicismo", dice Polgreen, "sino con una fe inquebrantable en un futuro desconocido". El filósofo francés André Comte-Sponville se plantea en La felicidad, desesperadamente qué mayor felicidad que vivir sin esperar nada, en la pura desesperación: "¿Renunciar a la felicidad? Es la única forma de vivirla: ¡dejar de esperarla!". ¿Radica en esa aparente paradoja el misterio de la risa negra?
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Articulo de ALFONSO ARMADA publicado en el periódico El diario vasco
jueves, 26 de julio de 2007
TOMAS SEGOVIA: POETICA
Tomás Segovia
Edmond Jabés: Poesía del desierto, el exilio, la extranjería y el estupor
miércoles, 25 de julio de 2007
EL OTRO: un proyecto solidario de ADOLFO SIMON y el G.T. DANTE
Fotografia: Ismael Alonso
Casi poema: Víktor Gómez
Publicado para el proyecto solidario de Adolfo Simón en Madrid que el grupo de teatro Dante lleva a cabo
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Apoyan... Agustín Calvo Galán Alfonso Ramos Jiménez Álvaro Salvador Ana Alcaraz Ana Martín Puigpelat Ángel Guinda Ángela Serna Antonia Bueno Antonio Bueno Tubía Antonio Cremades Antonio Orihuela Arturo Arévalo Arturo Borra Balbina Prior Basilio Sánchez Beatriz Hernanz Begoña Abad Belen Reyes Carlos Caro Carmen Blázquez Morales David González Dolan Mor Domingo López Edith Checa Eduardo Moga Elisa Iglesias Enrique Falcón Enrique Gracia rinidad Enrique Villagrasa Ernesto Caballero Ernesto García López Esteban Lozano Cantalapiedra Estel Julià Eugenio Maqueda Eva Hibernia Ezequías Blanco Fermin Higuera Fernando López Fotografos Solidarios Gracia Morales Gustavo Ott Iñaki Echarte Ismael Alonso Ivan Carabaño Aguado Javier Diaz Gil Javier Gil Martín Juan Miguel López Merino Joaquín Marta Sosa José Blanco José Luis Alonso de Santos José Luis Reina Palazón Juan Carlos Abril Juan Carlos Mestre Juanjo Barral Julia Otxoa Julián Alonso Kike Torres Infantes Lais Arcos Luis Antonio de Villena Luis Luna Manolo Romero Manuel Vilas Marc Granell Marga Blanco Marga Clark María Angeles Gómez Ferrer María Ángeles Lence María Antonia Ortega Mariano Anós Mario Merlino Marta López-Luaces Matías Escalera Matías Muñoz Miguel Rojo Milena Rodríguez Gutiérrez Mikel Arristegui Montse Cano Nidia Moros Pablo Casares Pedro Donoso Peter Wessell Rafael Hierro Raquel Zarazaga Roberto López Santiago Gómez Valverde Victor Manuel Gómez Ferrer
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Antonio Gamoneda
¿En que idioma habla el dolor?
Con sigilo no, de pavor y pánico
Es esta caligrafía negra, a donde
Ya no
Llega
La roja paloma, a donde ya un
Sucio
Puercoespín
Hizo sus necesidades
y ya no importa.
Quietud o indiferencia.
Ni el viento la mueve.
Cuando el alma
Pese y pese tanto,
Cuando el miedo,
Denso y oscuro, tan denso que unas
Palabras, otras,
No cicatricen la herida de la tierra roja
Por la que cae
Negro el guijarro, aquel
Cuya tristeza
No
Tenía argumentos visibles, próximos,
Razonables, aquel que no resucitó y
Sigue dentro de ti,
Bramando
Con su inmóvil desamparo de yermo pedregal,
Con su mazizo pesar, imposible en su opaca
Servidumbre
De mostrarte, tan invisible al fin tú
Que ni
Los que te rozan al pasar advierten
Que llevas un hedor flácido, de niño muerto,
De niño sin la roja paloma,
Sin la paloma cojita sin cauce ni vena al mar…
¿En que idioma hablan el dolor y la sangre?,
en que lengua tendría que hablar el dolor
para que nosotros
escuchasemos,
para qué alguien
reconociese ese cadáver obsceno y blancuzco
recubierto de barro ciego,
enterrado en saliva de murciélago y serpiente,
enterrado
en los disimulos, en las rutinas
de la íntima orfandad que te palpa sin gana
pero te domina.
¿En que lengua,
para que entendieses que va contigo esta locura,
que es tu cuerpo
un cementerio que lleva dos cuerpos y ninguna
vela, y ningún poema?
Media luna,
Cruz de nubes,
Barullo lejano…
Cielo que se hunde en la cristalera donde separas
Tu oficio de tus sueños.
Los que te conocen
Llevan su cadáver
Con la misma mudez, con el mismo destino insalvable.
Porque no hablar, no entender,
Es el principio de la derrota.
Miras con ojos de pánico
Y olvidas
Que cerrando los ojos
Hay un cielo sin,
Hay una tierra que huele a yerba húmeda y a pinos blancos.
¿Escribes el dolor
con tiza en la pared?
No, en ese antebrazo que sostiene el libro
Puede escribir una mano
Roces de amor, un nuevo lenguaje
Para entenderse
Sin quemarse, Sin hundirse en barro,
Sin arrastrar sílabas de plomo, sintagmas punzantes ávidos
De la herida.
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http://es.f267.mail.yahoo.com/ym/Compose?To=asimomsimon@yahoo.es
...y difunda lo más posible dicha iniciativa. Muchas gracias de ante mano, esperamos vuestra respuesta lo antes posible...Pues dicha acción se llevará a cabo en los próximos meses.
El proyecto se puede consultar en:
http://www.elotro.org/
Si necesitáis saber más sobre Dante Teatro y sus proyectos, podéis consultar los siguientes sitios:
http://es.geocities.com/grita_sida
http://gritatengosida.spaces.live.com/
http://es.geocities.com/oncevoces
Un saludo.
ADOLFO SIMÓN
Director de escena
JENARO TALENS: EL TECHO ES LA INTEMPERIE (I)
EL BLOG DE ANA MARIA ESPINOSA (Y J. CARLOS HERRERA)
http://pintandoversoslibro.blogspot.com/
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Se debe vivir para los otros como viven Ana María Espinosa y J. Carlos Herrera, sin equipaje, sin cartera, con el alma desnuda, con el corazón por bandera. Se debe gustar de la justa belleza, de la invencible honestidad, de la sencilla alegría que brota donde no hay maldad ni pliegues ni fisuras.
Pintando versos o
cantando a las aves
En lo cotidiano ser extraordinariamente cordial y discreto, simpático, travieso, complice, ingenioso, dulce, pícaro, sensible, atento, humilde,
inextricablemente cuerdo, necesariamente anárquico pero dentro de un orden y equilibrio interior.
Hacer un blog tiene mérito
cuando hay en su alacena
lienzos y versos de veras buenos,
buenos veras de versos y lienzos,
aves,
pluma,
pincel,
batuta...
Es un camino que circula del corazón del bosque a las torres de la música.
No se detengan en Edmundo de Ory, Aleixandre o Roque Dalton, sigan por entre sus bambalinas.
Si gustais de lo extraordinario, de lo telúrico, de lo mítico, de lo bello, de lo imaginario, de lo real, de lo fantástico, de lo vivo, de lo soñado, de la magia en su quintaesencia poética, visual, sonorosa... pasad y ved:
http://pintandoversoslibro.blogspot.com/
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Hay en magia un principio fundacional:
El truco no se explica nunca.
EL OFICIO DEL POETA, DEL ESCRITOR, ES SABER VIVIR
El oficio de escritor es permanente, uno está pensando a todas horas en la posibilidad de que algo que le suceda en la vida real puede ser susceptible de ser escrito. Yo voy por la calle con una libretita y anoto aquello que me puede servir, por ejemplo, para un novela. De repente, llega un momento en que ciertas ideas, sin saber muy bien porqué, se le fijan a uno. Cuando me surgió la idea de la novela La sonrisa etrusca estaba pasando unas navidades con mi hija que tenía un niño de nueve meses en Estrasburgo; entonces, en una noche, de esas frías de centroeuropa, el bebé comenzó a lloriquear, y yo, que de siempre me he levantado muy temprano, lo cogí en brazos para que su madre y su abuela no se levantaran. Mientras acurrucaba al niño paseando por la habitación la luna se reflejaba en la nieve y su luz entraba por la ventana. Fue fascinante. Ese cuarto de hora fue para mí infinito, y pensé en todo lo que le quedaba por vivir a esa criatura, si me iba a llegar a conocer, qué suerte iba a tener en la vida, etc. Total, que me fui a la cama pensando en que iba a escribir un cuentecito titulado "El abuelo" y acabó convirtiéndose en una novela de doscientas y pico páginas. Eso quiere decir que el arranque de una novela no se sabe muy bien dónde lo podemos encontrar. Luego, cada escritor tiene una manera de desarrollar la trama y de buscarse los apoyos para mantenerla viva. Yo tardo bastante en escribir una novela y me documento muchísimo. "La vieja sirena" tardé cinco años en escribirla pero no por hacer gala de erudición, sino porque tengo una idea central en mi oficio de escritor: si yo no me creo lo que estoy contando el lector no se lo va a creer. Por eso me documento mucho.
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Contemplar las palabras
Así es el viejo oficio
La materia del canto
ARTE Y OFICIO
ESPERANZA
martes, 24 de julio de 2007
MATHESIS Y POETICA: François Le Lionnais
6;7;8;9;10
-- ¿12? --
-- ¡11! --
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François Le Lionnais
Poesía allo stato di traccia,
1958
¿A quien pertenece Africa?
DEL 23 AL 27 DE JULIO (El Escorial)
Universidad Autonoma de Madrid
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Nigeria, Etiopía y Egipto son los países de donde más ciudadanos parten a otros destinos para desarrollar sus capacidades. «Para nosotros significa una gran pérdida de recursos». Las remesas que envían a sus hogares los expatriados, recalca, «no compensan esa fuga de capital humano» y plantea que, quizás, «sean los países del sur los que están finan ciando a los del norte».
La preocupación de esta luchadora por los derechos de los africanos no es baladí. En el campo sanitario, por ejemplo, la fuga de cerebros es de un 85 por ciento. Actualmente, reflexiona Ndiaye, «en África necesitaríamos mil médicos más al año para que funcione satisfactoriamente la sanidad».
Para evitar la marcha de sus profesionales o para estimular su regreso, «estamos empezando a crear programas en distintos sectores, no sólo la sanidad, también la educación o la administración».
El propósito de Ndiaye no es imposible de cumplir. «Nada lo es si ponemos empeño». Sam Daly-Harris, otra de las personalidades invitadas al Campus, se dio cuenta durante su viaje `de la desesperanza a la acción´, en el que se topó con Muhammad Yunus de Bangladesh y el banco que él fundó hace 30 años, una institución sin ánimo de lucro que ha salvado de la miseria a cientos de miles de personas.
Junto a una realidad determinada y condicionada por la pobreza, la desigualdad, la miseria, la explotación y el intervencionismo, existe un África que cambia, se transforma y busca integrarse, con garantías de éxito, en el siglo XXI.
José Angel Valente. Para siempre: la sombra (marzo, 2001)
José Ángel Valente es considerado uno de los últimos grandes poetas en lengua castellana. Aunque pensaba que el poeta, en principio, no escribe para nadie, admitía que, a la postre, lo hacía para una inmensa mayoría. De ahí que su palabra poética supiera moverse con un estilo propio entre un hermetismo apenas asequible y el amplio universo de las emociones, compartido por la mayor parte de sus lectores. Sin embargo, la emoción en Valente está exenta de todo sentimentalismo pasajero, puesto que la realidad, «el tiempo de miseria», imponen al poeta un verbo «con atributos de claridad». En los comienzos, sus poemas se adscribían al realismo social característico de la «Generación del 50», pero más tarde fue decantándose hacia los arcanos de la lira intelectual y al estudio de la poesía como búsqueda de lo profundamente humano, con ayuda de la mística.
Por su trayectoria, la «carrera del corredor solitario» como él mismo la definió, recibió diversos galardones, entre los que cabe destacar el Premio Nacional de Poesía, el Premio Nacional de las Letras y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1998, que compartió con la escritora también fallecida Carmen Martín Gaite. Murió en Ginebra el 18 de julio de 2000 y sus cenizas fueron enterradas en su localidad natal, Orense, donde lo nombraron hijo predilecto de la ciudad.
La primera colaboración entre Manuel Falces, fotógrafo, y José Ángel Valente vio los frutos en 1990 con Cabo de Gata. La memoria y la luz. El segundo libro, Las ínsulas extrañas: lugares andaluces de San Juan de la Cruz, es un recorrido por el mismo itinerario que realizó el místico carmelita por tierras andaluzas, desde Jaén hasta Granada, durante el cual Valente realizó una serie de anotaciones. En este viaje, Falces tomó la instantánea más emblemática del poeta que se incluyó en el libro El vuelo alto y ligero (Universidad de Salamanca/Patrimonio Nacional, 1998), premio Reina Sofía de Poesía. La tercera colaboración entre Valente y Falces alumbró el libro, por fin édito, que el lector tendrá en el mes de marzo entre sus manos: Valente. Para siempre. La sombra, un juego de complicidades –en palabras de Falces– que contiene pequeños fragmentos vitales del poeta, episodios suyos cuando estuvo convaleciente, fotografías tomadas en la mesa sobre la que escribió poemas musicales en colaboración con Mauricio Sotelo, algunas instantáneas tomadas durante la Bienal de Venecia, etc. La exposición complementa el libro al mostrar en una misma sala todas las fotografías caligrafiadas de la edición.
Las fronteras no existían para Valente, siempre afanado en ofrecer una visión múltiple, un solo cuerpo artístico casi siempre más intelectual que emotivo. «Lo literario para Valente –afirma Falces– era el cielo abierto de la Estética». Ejemplo de ello es la reflexión que surgió a partir del discurso pronunciado ante la Reina Dª Sofía en el Salón de Columnas del Palacio Real, con motivo de la entrega del Séptimo Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, instituido por Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca, en un acto que se celebró el 14 de enero del 1999. La palabra fue, una vez más, el lugar de encuentro de las artes y de la creación del mundo, donde tuvieron cabida tanto las alusiones a los Salmos como a El Jardín de las delicias de El Bosco. Valente incorporó a su disertación dos párrafos de Tres lecciones de tinieblas en torno al verbo y a la palabra. Este discurso fue el germen de la recopilación poemática El vuelo alto y ligero, editado por la Universidad de Salamanca con motivo del Premio y también de Valente. Para siempre. La sombra. La idea original del libro se concretó durante la entrega del discurso, pero había venido fraguándose desde el año anterior.
Valente. Para siempre. La sombra, surgió bajo la forma de una serie de conversaciones que el poeta y el fotógrafo venían manteniendo desde 1998. A partir de poemas muy cortos cuyos referentes eran lugares concretos del universo poético de Valente (imágenes de Almería, Venecia, Berlín, etc), la idea fue tomando la apariencia de discurso, siguiendo un método que Falces denomina como el método de trabajo de la mirada compartida, un itinerario en primera persona jalonado con cincuenta y siete fotografías, treinta y una de las cuales aparecen caligrafiadas por el propio autor. «Valente escribió con tinta negra sobre el original y, a diferencia del primer libro, donde escribió sobre papel vegetal, lo ha hecho directamente sobre la fotografía», ha declarado Falces a este boletín. Para el fotógrafo, la obra de Valente puede ser considerada como «un espacio», entendido como «concepto literario de la palabra poética, imagen que pertenece a la geografía de lo poético». Este espacio poético viene constituido por «una serie de textos que forman un todo, cuerpo y alma» y que encuentran su continente en el libro y la exposición que presentó la Fundación Telefónica.
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Mucha poesía ha sentido la tentación del silencio. Porque el poema tiende por naturaleza al silencio. O lo contiene como materia natural. Poética: arte de la composición del silencio. Un poema no existe si no se oye, antes que la palabra, su silencio.
Dragón
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JENARO TALENS: PUNTOS CARDINALES (I)
Silencio a bordo. La azafata ofrece
una sonrisa y algo de beber.
Algunos pasajeros cabecean
medio dormidos, con los cinturones
abrochados, sin que se vislumbre
tras el ritmo pausado
de la respiración, otra amenaza
que la del despertar.
La nube que contemplo bajo mi ventana
forma un colchón de espuma para el cielo raso
donde un sol indeciso, sin calor, ni apenas
luz, se insinúa sobre el horizonte,
desperezándose entre los resquicios
de una inconcreta oscuridad.
Abril se acaba
y algo que es más que un cuerpo
te busca en mí. ¿No escuchas su latido,
cómo se aferra a tu memoria para no morir?
LA MARCHA DE LOS 150.000.000 prólogo de Antonio Méndez
(Antonio Méndez Rubio)
Hay muchas posibilidades de que lo primero que llame la atención, al leer La marcha de 150.000.000, de Enrique Falcón (Valencia, Germania, 1998) sea el tipo de escritura con que nos encontramos. Antes aún que lo que se nos dice, que no es poco, de forma más o menos consciente, estamos ante un decir que nos desubica, que nos cambia de sitio como una brisa incómoda. Alguna vez se ha dicho que un verso continuo y una prosa discontinua, como es el caso de la Biblia, son tácticas características de las culturas orales, mientras que una prosa continua, como la novela, y un verso que agudice su discontinuidad, encuentran su sitio preferentemente en la cultura escrita. Y me vale esta idea para empezar a situar las páginas que siguen: una ocasión para temblar: versos que buscan no leerse sino decirse, pronunciarse y quedarse, con ritmo desmedido, bailando en la memoria.
Este poema es un canto, literalmente, una sucesión de cantos. No se olvide. Su atención a los excluidos del progreso no es cuestión sólo de temática sino también, más en su raíz, de pragmática comunicativa. De ahí que la voluntad de articular un discurso teniendo en cuenta a quienes ni siquiera podrían leerlo se cruce con una concepción conflictiva de la voz. Registros diferentes delatan una enunciación plural, abierta justamente a la diferencia y al cambio, al desafío y a la intemperie de la alteridad: por eso quien(es) aquí habla(n), de ser un sujeto, sólo puede ser un sujeto alterado, atravesado por los otros mortalmente. Alguien (o alguienes), este enrique falcón, que delira, que confunde los mundos sin remedio, que le ha devuelto la palabra al grito.
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En este sentido, el discurso se resiente. Se resiste por ejemplo a convertirse en Texto y, desde luego, en Libro. Difumina sus bordes. No se deja tratar como un objeto, descontrola su uso, se rebela con cada paso. Fiel al motivo que le da sentido, no se detiene: se entiende como escritura en proceso, provisional, en continua (des)organización, sin cierre ni fronteras –aquí se editan las dos primeras partes, El saqueo y Los otros pobladores, de un proyecto más amplio que sigue reescribiéndose. Es inútil, entonces, esperar ingenuamente el final del trayecto cuando se nos invita a un trabajo, no sólo de lectura, que no termina –aunque el texto lo hiciera.
Una liberación que el texto hace materia. Ésta podría ser la estrategia (im)posible de esta escritura sin arjé, anárquica, revolucionaria. No en balde, los puntos de encuentro entre esta visión del mundo y el comunismo libertario son más de uno y más de dos. El poema hace política desde su apuesta por un territorio sin fronteras hasta su desplegarse en un mundo cambiante, esto es, antiinstitucional, socialmente regenerador, pasando por la crítica de la noción de autor como forma de control y apropiación del sentido. Lo que se pone en crisis aquí no es un concepto abstracto sino una forma de orden muy concreta: la propiedad individual del texto, que se descompone justo en su punto neurálgico, en el individuo como origen que queda en entredicho, desmontado. Como quería Kropotkin en Los tiempos nuevos, el individuo, más que una (id)entidad autosuficiente, es un espacio de encuentro y desencuentro, una “colonia de pequeñeces infinitas asociadas pero conservando su vida propia”.
Sabiendo beber de Isaías a Ernesto Cardenal, de Huidobro a Neruda, de las rodillas de una niña descalza a los informes anuales sobre derechos humanos, de Jim Morrison a Silvio Rodríguez... la marcha sigue avanzando. Para muchos y muchas, las páginas que siguen serán motivo de escándalo, si no colectivo, cosa que hacen difícil las nada casuales limitaciones del alcance que tiene hoy la poesía, sí al menos en el precario recinto, secreta pero igualmente político, de lo personal. Es el recinto que ahora estos poemas de Enrique Falcón nos invitan a abrir, no sin el miedo frágil, “de cristal”, que da la rabia y la esperanza de un futuro imprevisto. Como esta escritura, hecha de incendio y de mutilación, nuestro cuerpo es a la vez el cuerpo del desastre y el cuerpo del abrazo. Con las palabras de E. Malatesta, “sólo es posible emanciparse por medio de la unión”. Que no se nos olvide.
domingo, 22 de julio de 2007
WALLADA: Una mujer fatal del siglo XI
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Su carrera artística se ha desarrollado con un alto nivel técnico de la danza clásica, que combina con el baile español, flamenco y contemporáneo.
Ha estudiado con maestros de danza clásica como: Julia Estévez, Maria Blanco, Fernando Bujones, Aurora Bosch, Pino Alosa, Robert Strajner, Carmina Ocaña, Suki Schorer, Alicia de la Corte y Dacmara Brown entre otros.
Hace mil años, Córdoba era capital cultural del mundo conocido. Con un millón de habitantes, un alcantarillado vanguardista, sus noches iluminadas calle a calle por fuegos inspiradores, como dice la canción, disfrutaba de un momento único en la historia de la humanidad, bajo el califato omeya. La cultura florecía: la escuela de derecho, la arquitectura, la cocina y, sobre todo, la forma musical y de poesía conformaban el momento más alto de toda nuestra historia posterior. Amantes de la belleza y la filosofía pura, donde las noches cordobesas se sucedían como en una leyenda, Córdoba disfrutaba de un momento único en libertades. Es el momento que elegimos para Wallada, el sueño de un poeta cordobés. Wallada es hija de un califa que gasta su fortuna en vivir alocada y libremente, organizando un gabinete literario donde se reúnen, leen poesía y beben desaforadamente los más altos hijos de Córdoba. Ahí conoce a nuestro poeta, Ibn Zaydún. Su historia de amor y desamor ocupa nuestra obra.
Pero antes debemos saber que los omeyas no son africanos, sino sirios, y fueron asesinados por los abasidas en una cena que la historia narra, salvándose tan solo, después de una persecución terrible, el que luego sería Abderramán I, fundador del emirato cordobés que habría de dar al mundo luz y esplendor. Pero no todo era tan fácil; Almanzor había desmembrado la sucesión omeya, y llamado para su plan conquistador a los bereberes, fundamentalistas africanos. Al morir Almanzor las diferentes fuerzas chocan entre sí. El fundamentalismo bereber era odiado por cristianos, judíos, eslavos (los eunucos de palacio) y árabes, que se alían entre sí contra la fuerza africana, perpleja ante la relajación de costumbres entre los seguidores del Corán. Las guerras son continuas y, pronto, el califato queda desmembrado. De aquella época nos quedan las obras de Ibn Hazm, la poesía de Ibn Zaydún y la libertad de Wallada, que puede considerarse como la primera mujer libre de Occidente.
El musical integra mediante un rock sinfónico andaluz aquel momento único en libertades en que las religiones basadas en el mismo Dios convivían dentro de un marco de tolerancia y desarrollo sin igual. Se ha tratado la escenografía espectacularmente mediante el desarrollo de proyecciones móviles y dinámicas, acompañando a la danza que integra a través del ballet clásico, el español, y el flamenco tres formas diferentes de entender el mismo hecho: el amor y la libertad, en el momento en que se crea para siempre lo que hemos dado en llamar el ser andaluz. Una obra, en fin, que emociona profundamente e indaga en las raíces más bellas de nuestra historia.
La fuerza de la libertad, encarnada en la vida de Wallada, quiere ofrecer en nuestro musical un mensaje de integración y paz, ya conseguido en nuestra historia, y roto por el fundamentalismo religioso, intentando establecer un paralelismo en la resolución de conflictos, muy parecidos a aquellos en los que nuestro mundo anda inmerso: el amor como creador de civilizaciones, la guerra, destructora de ellas. Y señalar que la voluntad humana es la única capaz de resolverlos.
José María de la Quintana
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Wallada era una mujer acostumbrada a mandar, en la calle, en la casa y en la cama. Se enamoró de Ben Zaydun en una noche de fiesta poética, jugando a completarse poemas según la costumbre cordobesa de entonces. Fue el choque de dos vanidades literarias, en la que ella tomó la iniciativa. Pero tras unos amores estrepitosos, apasionados, públicos y versificados, pronto se rompió el idilio.¿Cuál fue la razón?
BEGOÑA POZO: justa palabra en voz sin veneno
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