domingo, 2 de noviembre de 2008

INMEDIATAMENTE DESPUES, de Eva Fernandez: la novela del año (II)

Vincent Fantauzzo pintó "Heat"

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"Sabemos que cuesta aceptar la verdad de las cosas. La primera verdad, la última verdad y toda la numeración infinita que se pronuncia entre ambas. Además, hoy por hoy, decimos que todas las verdades han fracasado o nunca existieron y no nos damos cuenta de lo que usamos de unas cuantas mentiras, como si fueran las únicas verdades que sirven."


Eva Fernadez (Inmediatamente después, pág 302)


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¿Vivir después de después? Cuando uno va haciendo años, dejando atrás etapas, intuye a veces errores, otras los errores le intuyen a él y casi lo borran. En cualquier caso, vivir es avanzar. No sabemos casi nunca a dónde, pero avanzar. Avanzan Claudia, Miguel, Mario, Irma, Diego, Ros... tú o yo. Pequeñas derrotas, caminos tomados como segunda tentativa, y a veces ni tomar camino, dejarse llevar por el propio impulso de la existencia. Eso late y estalla cuando a mitad del camino, aún joven, pero no tanto, mayor, pero todavía no viejo, te miras al espejo y no te reconoces. Asalta por detrás del mismo la imagen de tus 17 años. Vaya, el choque es brutal.

Pero una novela como Inmediatamente después, que es coral y es intima, política y sentimental, como es siempre la vida, donde más duele y por donde nos deja en vilo y alerta es no en esas derivas que se pierden o dejan atrás, si no en qué talante tomar hoy, después de después, después de errar, del horror de despertarse a los cuarenta sintiéndose un fingidor o un usurpador de la vida del que podríamos haber sido de no habernos dejado llevar por decisiones erroneas o por indecisiones suicidas.


Estamos con "Inmediatamente después", a mi modo de leer, ante el dilema de mi generación. Yo nací en 1967. No viví la dureza del franquismo. Ni percibí la laxitud de la transición. Fuí, como muchos jovenes de mi quinta, embebido en la carrera de los 80/90 por medrar, ganar y ganar, desanimarse por las acciones colectivas, más aún por las políticas. Llego a los años presentes y percibo, de golpe, como Claudia, percibo mis debilidades. Soy consciente que a más de un sistema perverso, yo llevo el enemigo dentro (Por la precisión /supe que el tiro /vino de dentro.//) y que he de empezar por mi a superar cobardias, fugas, debilidades. Lo cual no quita el valor sustancial y necesario de ser en familia, grupo, colectivo, equipo, camaradería.


Me gustaría aterrizar más en esta novela, tan reveladora, tan detallistas en aspectos de lo cotidiano que pensados en plural, ayudan a resituarse. Y a repensar la sentimentalidad, la política, el sentido crítico del arte o el trabajo, el control de los procesos mentales, la toma de decisiones, etc., . Pero lo haré la semana que entramos o la próxima. Antes os dejo las impresiones de Miguel Morata, mi amigo librero. Y una encarecida recomendación: léanla.


Víktor Gómez






Miguel Morata, desde Librería Primado, nos deja una irrenunciable lectura para éste año:


Inmediatamente después,
de Eva Fernandez.

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