domingo, 12 de julio de 2009

Eduardo Milán, Chantal Maillard, Quique Falcón: meteoritos estivales

 

 

LI

Y ya fiel en la vida

de todas las canciones

yo, que he roto con tu falsa conciencia,

multiplico los lenguajes sin calmarte la boca

(<<política dos y medio>> -afirma touraine

y entre el rastro de las amapolas

voy cavando tumbas

a mis hijos perdidos).

 

 

Enrique Falcón

(Inicio del libro 5/.- Canción de E de La Marcha de los 150.000.000

Editorial Eclipsados, 2009)

 

 

 

 

 

¿Qué pasos son esos que oigo entre mis huesos? ¿Quién arrastra el lugar dónde crezco? ¿Cuál es la sombra que ausculta mis latidos, los cuenta y me roba el aliento dejando exhausta? No recuerdes. Corta. No recuerdes. Apaga las imágenes como la luz al acostarte.

 

***

 

Me apuntaron a mí, pero ahí donde llegó el dardo no había nadie. ¿O si lo había?

Yo acechaba detrás de un árbol.

Vi caer algo.

 

Chantal Maillard

(dos fragmentos discontinuos de Benarés, incluido en Diarios Indios, Editorial Pre-textos, octubre 2005)

 

 

 

 

 

Hay una amenaza del Imperio sobre todos aquellos sospechosos de no estar de acuerdo con los actos del Imperio, que los critican o, más aún, pretenden –según

la lógica paranoica del Imperio- derribarlo.

… / …

Esa insistencia en la imposibilidad es una condición ética para que pueda empezar a plantearse la cuestión de la escritura.

… / …

la de una escritura plenamente consciente de sí misma, la de una escritura que ni por asomo se olvidará que se trata de eso: escritura. Esa doble condición, la de la memoria como ética y la de la autoconciencia, ha sido fundamental para que se pueda hablar de una transformación profunda en la escritura contemporánea. Sobre todo ser condiciones para contrarrestar cualquier efecto de complicidad con un orden devastador que la escritura poética pudiera, en algún momento, manifestar ingenuamente. La escritura, entonces, debe ser considerada como cuerpo, a la vez que no debe ser considerada en tanto memoria, esto es, no debe tener su parte consideración alguna como registro ya que lo que evoca pasa por encima, atraviesa la escritura.

 

Eduardo Milán, del Epílogo provisorio incluido en Crítica de un extranjero en defensa de un sueño, en Editorial Huerga & Fierro, 2006



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