jueves, 13 de octubre de 2011

ROCIO CERON: AFUERA EN EL PLURICENTRO: POÉTICAS EN FUGA

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Dijeron que era hija del golpe, de los barrios donde los sones son lentos y carraspean las voces y los toneles de aguardiente se empujan sin trozo de pan; dijeron que era hija del desprecio, de esclavas, de amargas noches de cama entre soldados y cuerpos cobrizos; dijeron que era una mártir –estaban, están equivocados−, luego le dieron algo de espejos y algo de carne de cerdo, algo de nuevos nombres y nuevos apellidos; le enseñaron el uso de la rueda (ya conocía el cero); casi la mata la fiebre. Y de cada golpe ha salido más fuerte. Como el poema, América es una dura cicatriz en el cuerpo.


ROCIO CERON, TIENTO.
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De la tumba una flor. Plástico decolorado, tierra. Grobnica-París. De Europa sembradío nucas cisternas donde guardar vestigios. Neblina y carbón. Heno y draga, flotantes. Antes del roce sargazos, reflujo luminoso de rostros. Toda la familia astillada. Óleo de museo. Cementerio y nicho para ahondar en el nervio. Cauce púrpura, plantación de cuerpos en otros cuerpos. Cauterio. Atravesar el bosque: mucha fe en los labios. Ni el uniforme salva. Allá, en el Golfo de México, secretan zumbantes las aves. Caverna o cardo. Mar gasa, llave al pliegue. La superficie del agua recuerda a los muertos. −Desvanecerse, entre las arrugas de cada pliegue de la madre. Contenga el aire. Pulmón. Respire profundo. ¿Siente dolor? ¿Siente aquí, sí justo aquí? Es el miedo atrapado. Es América atada en cada corva. Astilla, flor recogida en Kalemegdan. Y en cada esquina la imagen de un jardín hecho de voces.
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ROCIO CERON, TIENTO.
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*Fragmento tomado del libro Tiento (UANL, México, 2010)



Rocío Cerón (Ciudad de México, 1972). Ha publicado los libros de poesía Basalto (México, 2002) por el cual recibió el Premio Nacional de Literatura de México Gilberto Owen 2000; Soma (Buenos Aires, 2003), Apuntes para sobrevivir al aire (México, 2005), Imperio/Empire, edición bilingüe e interdisciplinaria (México, 2009); La primavera comienza muy tarde (Uruguay, 2010) y Tiento (México, 2010), entre otros. Poemas y obra suya han sido traducidos al inglés, finés, sueco y alemán. Desde 1996 desarrolla proyectos de poesía visual y poesía en acción. Web: http://rocioceron.blogspot.com

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Cuando las dictaduras de la fantasía y los ejercitos de la normalización quisieron acorralar y encarcelar a la poesía esta se fragmento en mil novecientos veintesiete fragmentos, en 1927 grietas sobre las escamas de la muralla dogmática. El cielo era un puercoespin y cada púa un angel censor. Pero no contaron con el Tiento, ni con la masmédula, ni con meteoritos de Ory, ni con las fugas de Zurita y Milán. No hay doce de octubre sino nueve de agosto, diecisiete de abril, ocho de junio, once de julio, veintiuno de mayo... es la forma agujereada, destruida o asaltada, revisitada y descomprimida, trasladada, mezclada, multiplicada, desposeída y re-elaborada ya no como un fortín, una catedral, un palacio. Tiento apremia a inventar nuevas estancias, a asumir nuevos vínculos, a rechazar viejas celdas, a desprenderse de prejuicios, a amortajar moralinas.



Tanto Tiento como Imperio llegaron a España por los ojos de la incomodidad. Pixels y aromas incendiados en los cabellos y en la voz, antes que el trueno, la tozuda sinceridad y el pavor, la niñez solvente, la insurgencia de las migraciones.


Pocas poéticas pueden hablar, hablar por sí mismas. "Andar a tientas" propone el poeta. Lo que vio Montealegre no tiene remora ni razón de olvido, es un cruce, de nuevo la mezcla y el metamorfoseo entre la mirada y el acontecimiento, el descentrado auna a los descentrados, los abisma y los libera del abismo aún mayor de los limites ortoprácticos. Así propone el poeta:
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Tiento implica acercamiento, intento, y en todo ello hay una acción que revela la importancia de un movimiento y una dirección. Si bien es cierto la separación del sujeto biográfico y el sujeto poético es necesaria a la hora del análisis, me permito relacionar los continuos viajes de su autora al interior de América Latina, Estados Unidos y Europa, como ejemplo real de lo que en la ficción –o no- del texto queda expuesto por la odisea de unas mujeres desde una región aledaña a Belgrado, hacia nuevas tierras, nuevos lenguajes. Tiento nos habla de que los lugares se hacen y se deshacen precisamente en su búsqueda, y cobran sentido en la medida que hay viaje, y más aún, si este viaje es doloroso e incierto. Rocío Cerón nos hace partícipes primero de la génesis del libro como del sujeto poético, luego de la conciencia del poder y la conquista, para finalmente asumir la soledad y las huellas del éxodo, hacia pasajes internos como externos, en donde quizás podamos hallar nuestros propios anhelos de permanencia y trascendencia. 
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Pedro Montealegre, aquí.