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Dime alma, dime algunas palabras desde la sima donde callas. Eres mi alma y no me hablas. De tus profundidades sólo sube un silencio espeso, muerto, impotente, resignado. ¿No quieres hablarme o tal vez me estás hablando con la elocuencia de la verdad, que es éste abandono de toda palabra?.
(19 de mayo de 1996, 7:51 h)

Ni Fuerbach, ni Marx, ni Freud, ni demás ateos hicieron otra cosa que desenmascarar, atacar y castigar dura y verazmente la religión oficial, la religión tradicional, la religión del poder y la hipocresía, la religión de Dios. Pero hay una religión más profunda. Ellos no parecen haber entrado nunca en una habitación casi desnuda y silenciosa: ellos no estuvieron nunca en un templo sin dioses.
(Viernes, 09 de mayo de 1997, 09:50)
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César Simón
"En nombre de nada"
(Pre-Textos,
narrativa, 1998)