domingo, 23 de septiembre de 2007

ANA PEREZ CAÑAMARES: Entre la precisión y el misterio (II)

Es de una engañosa facilidad la lectura de sus poemas. En esta segunda entrega centellea muy discreta una luz que empieza a ser "campanilla" en <<el Pais de la magia>> Michauxiano. Es un poema-trampa, un salto sutil, una diáfana propuesta, sin pedanteria ni cursilismo, una palabra dada, un verso de signo excéntrico, porque el yo poético es Rimbaudiano (Yo es otro).

Antes y después de esta lectura recomiendo visiten su blog. Se entenderá mejor la sugerencia. Y se agradecerá.

http://elalmadisponible.blogspot.com/



Viktor Gómez


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La vida se ha vuelto más humana


La vida se ha vuelto más humana
más frágil, más tierna, más poderosa
desde que este amor nuestro
se instaló entre nosotros
como una gata que pare sus cachorros
bajo el edredón.
También desde que he vuelto a la poesía
y los desconocidos se desnudan
para mí tímidos y orgullosos
de sus lunares y sus cicatrices.
Duelen más los dolores
pero a la vez todo se recompone rápido
si se acepta que siempre se pierde una pieza
si se compadece al órgano que falta
al sentimiento que se mutila

al recuerdo que se aborrece.


Ana Pérez Cañamares

ANTONIO GAMONEDA Y ANTONIO MARTINEZ I FERRER

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Toni Martinez (Editorial Germania), Antonio Gamoneda y Antonio Martinez i Ferrer, en Alzira (Valencia).
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Sé que el único canto,
el único digno de los cantos antiguos,
la única poesía,
es la que calla y aún ama este mundo,
esta soledad que enloquece y despoja.
A. Gamoneda
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EL NIÑO MUERTO
Un niño armado con una piedra que lanzaba a un ejército ocupante a sido asesinado, por este ejercito, en un lugar llamado Gaza.



Salta la furia.

Océanos de fuego,
uñas sin límites
clavándose en la carne.

No sangra la arteria
sangra el universo,

pequeño,
místico
-con la mirada de agua-
el niño muerto.
Antonio Martinez i Ferrer

JULIO OBESO GANA II CERTAMEN INTERNACIONAL DE POESIA EROTICA EL BUHO ROJO

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"LAS PALABRAS ME SALVAN O ME HIEREN"
Julio Obeso
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Hoy no te dejaré la ambigüedad


de un beso


entre la frente y los labios:


Dos serpientes enamoradas


se entrelazarán húmedas


como una barrera a las miradas.


Hoy no te diré que el duende en llamas


del deseoda volteretas sobre mis ganas:


Te tomaré en brazos,


te posaré en la cama,


te despeinaré y de espaldas


te iré subiendo el vestido,


pliegues de bando


neón


que te desnuda en su asma.


Hoy no habrá susurros a media voz:


Te gritaré jadeos,


te fundiré en mi piel,


daré fin al secuestro con un impacto


sordo de cintura,


mientras te sujeto el pelo.


Hoy el rocío no perlará


de adoquines líquidos


la vereda palpitante


que es tu cuello, no:


Habrá sudor resbalando


por cada rincón trémulo,


el aroma del celo subirá


en nubes caporales hacia el techo


y un tasto salobre


guardarán las bocas en el recreo.


Hoy no deseo que dudes


de la forma en que te quiero.




Julio Obeso,
poeta de Gijón,
Miembro de Poesía Caudal
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