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Lejos de resoluciones meramente panfletarias y de escrituras literarias ideológicamente tranquilizantes, el criterio de fecundidad de un arte comprometido –lo advertía Arnold Hauser – no estriba en la solución de crisis y conflictos, sino en combatir críticamente la ilusión de que, bajo el signo de la catástrofe, todavía se sigue viviendo en un mundo sin peligro alguno. Todo poema conlleva, así, una postura de lenguaje y un determinado gesto en el mundo, y los que aquí se recogen lo miran con las lenguas del cariño y de la ira, de la protesta y del compromiso, de la denuncia y de la esperanza. Las páginas del presente volumen caminan, por lo tanto, por algunos de esos poemas que –enfrentándose a la reali-dad del tiempo que hubo de herirles– no quieren doblar las rodillas ni ante la resignación de la injusticia ni ante el derribo de nuestra esperanza.
(Prólogo de Enrique Falcón a "Once poetas críticos en la poesía española actual" publicado en Ed. Baile del Sol y que cierra con este fragmento)
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Quique Falcón, recitando en Valencia, en abril del 2008, en el encuentro de poetas "Nafragio en los bares".
PROTECCIÓN DE TESTIGOS
«La conciencia de que esta ecuación era posible: dolor que finalmente deviene rabia. La conciencia de que esta ecuación era aplicable a todo o casi todo».(Roberto Bolaño: 2666)
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Poco deben importarle
Poco deben importarle
la disolución del pentotal en los días de trabajo
y la lenta inhalación de estrellas por su espalda.
Le pagaron por callarse
la dirección de las palomas, el remite en las postales
certificadas de tan lejos, la piel de una mujer
que él no ha visto y no ha besado,
—el corazón de los inviernos—,
las sedes comunistas, su necesidad de ir ardiendo
por una extremidad de la cara.
Toca apenas con los dedos
nuestro inútil portal, y la luz de todos los aullidos
que pincelan la tarde, por encima
de muertos y estaciones,
a un paso sólo del domingo
vuelve a casa, toma de su llave
se maquilla una lágrima con cuchillas de afeitar.
Q. Falcón
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En wikipedia:
Enrique Falcón (Valencia, España, 1968). Poeta adscrito a prácticas literarias críticas y socialmente comprometidas (poesía de la conciencia, escritura del conflicto, literatura activista) en el panorama actual de la poesía española.
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2007, Q. Falcón en los 70 años del Congreso de Escritores Antifascistas
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las mujeres enfermas que jugaron con burros
las que cavaron tumbas en las palmas de un trueno
las sólo voz dormidas en los centros solares
las hambrientas de todo
las preñadas con todo
las hijas del golpe y de los sueños mojados
las que fijan continentes que dejaron atrás
las niñas con pimienta en sus quince traiciones
las de pan-a-diez-céntimos sin cafetería
las del turno de visita con oficios de muerte
las madres eternas de los locutorios
las arrasadas, las caratapiadas, las comepromesas
las terribles solitas en las salas de baile
las clandestinadas pariendo futuros
las oficinistas que ahogaron sus príncipes
las acorraladas
las desamparadas, las sepultureras
las del polvo sobreimpuesto y el trago a deshora
las poquito conquistadas
las niñitas vestidas con mortajas azules
las que cosen el mundo por no reventarlo
las mujeres con uñas como mapas creciendo
las hembras cabello-de-lápida
(todavía más grandes que su propio despojo)
las corresquinadas, las titiriteras,
las que tierra se trajeron atada a los bolsillos
las nunca regresadas
las nunca visibles
las del nunca es tarde
las del vis-a-vis sin un plazo de espera
las reinas en los parques y en los sumideros
todas ellas las mujeres que me llegan con todos sus cansancios,
todas, en sigilo: las amantes
y mis camaradas.
las mujeres enfermas que jugaron con burros
las que cavaron tumbas en las palmas de un trueno
las sólo voz dormidas en los centros solares
las hambrientas de todo
las preñadas con todo
las hijas del golpe y de los sueños mojados
las que fijan continentes que dejaron atrás
las niñas con pimienta en sus quince traiciones
las de pan-a-diez-céntimos sin cafetería
las del turno de visita con oficios de muerte
las madres eternas de los locutorios
las arrasadas, las caratapiadas, las comepromesas
las terribles solitas en las salas de baile
las clandestinadas pariendo futuros
las oficinistas que ahogaron sus príncipes
las acorraladas
las desamparadas, las sepultureras
las del polvo sobreimpuesto y el trago a deshora
las poquito conquistadas
las niñitas vestidas con mortajas azules
las que cosen el mundo por no reventarlo
las mujeres con uñas como mapas creciendo
las hembras cabello-de-lápida
(todavía más grandes que su propio despojo)
las corresquinadas, las titiriteras,
las que tierra se trajeron atada a los bolsillos
las nunca regresadas
las nunca visibles
las del nunca es tarde
las del vis-a-vis sin un plazo de espera
las reinas en los parques y en los sumideros
todas ellas las mujeres que me llegan con todos sus cansancios,
todas, en sigilo: las amantes
y mis camaradas.
Enrique Falcón
(1968, Bº del Cristo-Valencia)
4 comentarios:
Ya este sábado fue capaz de partir mi rostro en dos, acuchillado por las lágrimas de la impotencia. Ahora lo leo en tu blog y vuelve el nudo de la soga a mi garganta. Cuando la lucha es una joroba que inclina la balanza de nuestro equilibrio hacia adelante la llevamos siempre... aunque seamos incapaces de rascárnosla. Wow. Muchos besos y muchas gracias. Alicia.
También es una propicia ocasión para revolverse,
asir la vida por los hombros y femeneizar lo tosco, humanizar lo blando,
poblar de vida lo desahuciado y caminar en compañía de otros partidarios de la felicidad en pos de una ilustre decisión de naufragar... antes que ser devorados por el sistema.
Quique alienta a no desalentarse, a desalinearse, a desalienarse, a caminar.
Un beset
Viktor
Buenas, Viktor:
Enrique Falcón alienta a abandonar las amplias sendas de las comodidades ciegas, para caminar junto a él los estrechos caminos escarpados...
(Sigo leyéndote en mis recreos universitarios).
Besos!
Es Enrique Falcón, sin duda un poeta ético, un ciudadano ético, un hombre que versa y conversa, desplegando en su vida como en su escritura toda su capacidad de aliento, esperanza y lucha por un mundo más justo y en paz verdadera. Contra las fuerzas galopantes e insidiosas del fascismo enmascarado. Contra la estulticia y malasombra de los anestesiados soldados del capital. A favor, si, a favor y con amorosa lealtad de los que ni saben leer. Esos desahucidados, olvidados, perseguidos. Esas proscritas, vapuleadas, ignoradas.
Es un poeta cuya lectura o convivencia zarandea. Un inhabitual y coherente hombre de honor.
Sigamos leyéndole. Habla por muchos.
Un beset
Viktor
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