martes, 23 de septiembre de 2008

SUSANA BENET: FARO DEL BOSQUE


SOBRE EL HAIKU, desde wikipedia:


El haiku (俳句, haiku?), derivado del haikai, es una de las formas de poesía tradicional japonesa más extendidas.


Orígenes

Cuando la escritura china llegó a Japón, aproximadamente en el siglo VIII de nuestra era, en pleno esplendor Tang, ya tenía más de 20 siglos de historia. En ese momento Japón salió de la prehistoria y comenzó la producción de su rica literatura. La poesía china clásica tuvo una gran influencia en la literatura japonesa y el estilo de los poetas chinos fue muy imitado. Los orígenes directos del haikú están en el haikai. El haikai es una forma poética marcada, ya que generalmente su contenido se basa en lo cómico y lo divertido. Al pasar el tiempo, el haikai se asoció a otro estilo de composición poético llamado Renga, formándose así una derivación del Renga, el Haikai-no-Renga. El Haikai-no-Renga era una sucesión de poemas Haikai, manteniendo su estilo.

El primer poema que iniciaba esta sucesión se denominaba Hokku. Matsuo Basho, poeta muy afamado en el arte del haikai, separó el primer poema del Haikai-no-Renga (el Hokku) y por ende lo independizó del Renga, dándole al Hokku una personalización estética y expresiva. Pero Basho también llamaba Haiku al Hokku . Esto hizo que en los inicios, el Hokku fuera lo mismo que el Haiku.

Pero con el paso del tiempo, poetas como Masaoka Shiki separaron sustancialmente el haiku del Hokku, conservando este último la vis "cómica", mientras el haiku adquiría un momento espiritual

Leer más:

Aquí

y aquí,

y aquí.



Susana Benet publicó en Pre-Textos (2006) un logrado ramillete de haikus, muy a su singular pureza de estilo y subjetividad, atendiendo en ocasiones a estados anímicos (melancolía, estupor, paz...) así como en otras ha perservado el clasicismo descriptivo para dejarnos ver la naturaleza viva, en una estación concreta, sin la sombra de la racionalidad occidental. Dos esferas: la casa, el bosque, unen sus talismanes líricos para generar en el lector una simbiosis ontológica de la que saldrá renovada su mirada, su estupor, y que enriquecerá los textos por la sugerente polisemia de las imágenes que la poeta ha logrado pintar.

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Poco puedo decir, porque siguiendo a Paul Valèry, ante la Suma Belleza no corresponde sino admiración y silencio, dejando la crítica y análisis para textos menores en armonía, perfección, equilibrio. Así, Faro del bosque es la luz suficiente para entrever la maravilla de un lenguaje universal, fecundo, sabiduria de savia que tizna cada página en su concierto testimonial.

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Víktor Gómez


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Brilla la luna

en el rastro reseco

del caracol


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Aire de lluvia.

La mano aparta moscas

de la mejilla.




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Si yo pudiese

apagar el recuerdo,

vería la noche.


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También mis ojos

de la rama quebrada

cuelgan sin brillo.




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Frescor de fronda,

manantial de gorjeos,

la enredadera.




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Pequeñas huellas,

el olor del rabaño

aún en el aire.




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Ojalá viera

la flor recién abierta

con ojos nuevos

2 comentarios:

Jesús Ge dijo...

Efectivamente, es este un Faro en el bosque de la literatura japonesa. Especialmente certero para los neofitos que nos acercamos al arte del 5-7-5 buscando la melodía, el aroma y el impacto de un haiku bien concertado.
Siempre será, junto a otros libros más clásicos, uno de los referentes para los noveles como nosotros.

Gracias Viktor.
Gracias Susana.
Gracias Bosque.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Gracias a tí, Jesús.
Hoy pasé por tu blog y leí un muy acertado antihaiku.

Asi da gusto.

Un abrazo,

Víktor