miércoles, 23 de mayo de 2007

LA POESIA NO ES METALENGUAJE EN SENTIDO DE HABLA PREVIA: "NO SEMBREIS, HORADAD (Deleuze)"









LA TEORÍA DE LA OBRA DE ARTE COMPROMETIDA, tal como hoy circula por todas partes, sin darse cuenta pasa por alto el hecho absolutamente dominante en la sociedad de mercado de la alienación entre los hombres tanto como entre el espíritu objetivo y la sociedad que éste expresa y rige. Quiere que el arte hable inmediatamente al hombre, como si en un mundo de mediación universal se pudiese realizar inmediatamente lo inmediato. Pero con ello precisamente degrada la palabra y forma a meros medios, a elemento del sistema de efectos, a manipulación psicológica, y socava la coherencia y la lógica de la obra de arte, la cual ya no ha de desplegarse según la ley de la propia verdad, sino seguir la linea de mínima resistencia de los consumidores (Adorno, 2003: 117)





Una poesía crítica o conflictiva, visto así, no aspira a realizar inmediatamente lo inmediato: explora oblicuidades, trabaja en las fisuras, asume su abstracción como un impulso. No reduce su lenguaje a medio o instrumento de ninguna Causa. Pierde ahí su autoridad, sin duda, reemplazándola por una tensión, apenas perceptible, de carácter libertario. Los vectores del poder social y cultural, del estado al mercado, quedarían de este modo interpelados en sus premisas por un lenguaje que no cesa de cuestionarse, capaz de abismar los principios de identidad y realidad en los que toda inmediatez y todo reconocimiento devienen instrumentalizables.



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En el límite de la desubjetivización, el estremecimiento es todavía posible, incluso, como nunca, inevitable. <>.



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El pensamiento poético proyecta así una nueva política antimimética, donde la imitación no es posible sencillamente porque la diferencia entre lenguaje (que imita) y realidad (imitada) se ha disuelto por la acción de un flujo deseante, discontinuamente inaugural y limítrofe a un tiempo. Este movimiento espectral se hurta a toda alternativa simple entre presencia y ausencia. De ahí su peligro, su reptar inquietante, su deslizamiento. No sería un mero juego de palabras hablar entonces de una concepción de la poesía como desliz de la conciencia.





Extracto de "Una lectura del expolio. Aproximación a la poesía de Jenaro Taléns" por ANTONIO MENDEZ RUBIO

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