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"You must remember this A kiss is just a kiss, a sigh is just a sigh. The fundamental things apply As time goes by."
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Cantaba Dooley Wilson, "Sam" en "Casablanca":
' Debes recordar esto, un beso es sólo un beso, un suspiro sólo un suspiro, lo fundamental será que el tiempo pasará. '
Es quizá la mejor película jamás filmada (ya sé que es mucho decir); no sólo por su guión, no sólo por el reparto, no sólo por Michael Curtiz; pero la suma de adaptación, protagonistas y dirección, han hecho de Casablanca una obra de arte.
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Si el jazz es la quintaesencia de la improvisación, esta película, desde el inicio de su rodaje hasta el "The end" fue una sorpresa continua. En un principio el director iba a ser William Wyler; Ronald Reagan y Ann Sheridan serían Rick (Humphrey Bogart e Ilsa (Ingrid Bergman); nunca se sabe, pero casi puedo afirmar que hubiese sido un film totalmente olvidable. Pero el hombre se compone de un noventa por ciento de agua y un diez por ciento de azar, aquí radica para mí, el éxito de esta obra. Los actores comenzaron el rodaje sin estar terminado el guión. Cuentan que Ingrid Bergman no supo con cuál de los dos hombres se quedaría hasta el último momento, los hermanos Julius y Philip Epstein escribían y reescribían la historia, como en alguna series modernas, sólo que ellos no tenían en cuenta los índices de audiencia y sí, trataban de adaptar el texto basándose en lo que les sugería lo rodado.
Estos días estoy leyendo, filtrando, un libro, que Víctor me recomendó: "Alguien aquí" de Ada Salas; como ella expresa: "Anotaciones deslabazadas sobre la escritura poética" En una de sus citas habla de cómo es el poema quien modela al poeta. En caída libre sería algo así : Somos lo que contamos. Es una máxima que me encanta. La predeterminación va contra natura. Exigimos una estable coherencia para llegar a fin de mes, programamos los años en clave de necesidad; pero eso sólo es para la vida ya que para vivir, el asombro, la fascinación, el chasco, la extrañeza, son las sendas preferidas de los sentimientos. Somos lo que escribimos, nos inventamos o reinventamos constantemente, en cada poema. Somos Rick, Ilsa, Renault, Sam, en el vértigo cotidiano. El cinismo nos defiende como nos desahoga la la confidencia:
Louis: - Dígame, Rick, ¿Qué le ha traído a Casablanca? -
Rick: Vine a Casablanca a tomar las aguas.-
Louis: Pero... ¡si Casablanca es un desierto!-
Rick : Me informaron mal.
Leyendo a Ada Salas puedo disfrutar más de Casablanca.
Julio Obeso Gonzalez
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Ada Salas en Valencia, en casa de Elena Escribano, con amigos poetas...
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