domingo, 3 de febrero de 2008

ANTONIO MENDEZ: COMO SABIA PLATON

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Al estadista, de un signo o de otro, lo define la voluntad de hacer de cualquier cosa un instrumento, ya sea de emancipación o de opresión. El poeta, en cambio, está marcado por la necesidad de un lenguaje que salga del paradigma de lo instrumental. Al primero le puede el afán de inspeccionar, de supervisar, de hacer catastros, censos, de donde quizá le vanga etimológicamente su vocación de censor. Cierra filas, fronteras.
Alecciona, colecciona respuestas por si acaso. Al segundo le mueve la pasión por sembrar, se asombra, se da a inscribir signos debajo de la tierra, a subvertir un mundo catastrófico. Plantea aun sin querer preguntas, abre nuevos espacios que son espaciamientos de sentido. Donde y cuando aquel expulsa, a éste se le encuentra impulsando, lo que es obviamente, y cuando menos, distinto. No es raro que las relaciones entre ambos hayan sido espinosas tantas veces. Sería bueno que quienes se preocupan por dilucidar las conexiones entre lo poético y lo político, tarde o temprano, se plantearan cuál de los dos caminos anteponen. El vínculo entre poesía y anarquía no es aleatorio ni es perecedero.


A. Méndez Rubio


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Foro de las Artes Valencia, 2003-2004 (recopilado por E. Falcón):



2 comentarios:

Zwanzig dijo...

El vínculo entre poesía y anarquía no es aleatorio ni es perecedero.

tengo ganas de que deje de ser mi profesor para poder decir: que este tío escribe la leche sin que se me acuse de peloteo.... problemas sin solución.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Yo tengo una deuda impagable con tu profe. De dónde emana su escritura se abaja mi condición de espía y bebe, sin posible elusión, oscuridad, descentramiento, vuelo y caída. Desde que vengo leyendo su obra, cada vez estoy más a la intemperie. Y aún no se cómo llegar a donde, como salir sin muerte, ni se habrá algo después que decir.

Es, si, un gran poeta, en un sentido radical y profundo, en toda la extensión de su humanidad asombrosa y asombrada.

Un cordial abrazote,

Tu Viktor