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At the same time, life may be hard and beautiful...
...Al mismo tiempo, la vida puede ser dura y maravillosa
...Al mismo tiempo, la vida puede ser dura y maravillosa
Foto de Dsole: Espinas
http://momentosdeundia.blogspot.com/
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EL SECRETO
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Ella amaba los cardos, venía a mediatarde
sin nada en las manos
y los ojos engrisecidos, brillantes.
----------------------------- Sin nada en las manos.
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Ella amaba los cardos, salía muy pronto
tras el arrabal blanco
y más allá, de perdidos lares, erraba.
---------------------------- Tras el arrabal blanco.
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Más allá iba, a donde los cardos
se olvidan que hay ciudades tumultuosas
que vomitan humos negros.
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-------------------------- Ella amaba los cardos:
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De verdad, la belleza
no puede ser sino el atrevimiento
de la fragilidad a darse.
Víktor Gómez
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16 comentarios:
Hola Víctor!
Es una entrada muy bonita, qué ilusión!
El poema es muy sentido.. amar lo cardos.. es bueno o malo? A mí me inquietan este tipo de plantas. Son alucinantes. Dan qué pensar.
Un saludo desde los madriles :)
Y muchas gracias por la entrada, me ha hecho mucha mucha ilusión!
Hace tiempo le propuse al Señor Gil que acompañase las fotos con poemas en línea a la imagen... pero ahí se quedó la cosa. Y ahora esa tarea la estás haciendo tú casi sin querer! jejeje qué bueno. ;)
Claro, eso es. Inquietan, tienen cierta atractivo y cierta amenaza. Son frágiles pero también saben defenderse.
Seguro que el Sr. Gil, sucinto pero exquisito poeta hubiese resuelto mejor este asunto de hacer con/versar la imagen y la palabra. Pero ya se ve que muchas pelís se rodaron con actores escogidos por renuncia de la primera opción. Así pasó en El silencio de los corderos, ni ella ni él fueron las primeras opciones.
Bromitas aparte, lo que si tiene calidad y potencia es esa foto. Me gustó muchísimo también una que tenías de un campo con una alambrada en primer plano.
Bueno, quizá vaya a Madrid el primer finde de junio y pueda el Sr. Gil y la afotadora darme algo más de luz sobre los encuadres más óptimos de la Villa.
Un beset
Viktor
Jajajaja, bromitas aparte, el silencio de los corderos quedó redondísima! siempre que no hablemos de las segundas partes, claro.
Pues muy bien, si vienes por aquí nos haremos cargo de nuestra misión, un besote y hasta pronto :)
Víktor:
Pues te han sentado fenomenal los cardos. La verdad es que cuando tienen la flor, morada, son preciosos también.
Los tres últimos versos, como se suele decir: de antología.
Ah, por favor, quita la "Verificación de la palabra"
Bueno, me has pillado, Ana. Te cuento.
Dsole publica en sus blog fotografías con una importante carga poética y la de los cardos me zarandeó. Salieron sin pensar esos tres versitos del final, a modo de impronta (ya sabes). A dsole parece que le gustaron esas palabrillas y me propuse llevar la ocurrencia a poema. Es pues un poema al dictado. Medio de musa y medio de orfebre. No es gran poema, porque lo que si que es bueno es ese instante en grises de los cardos que inmortaliza la madrileña mirada de mi amiga.
En fin, que sí, que el poema en realidad son esos tres versillos, lo demás oficio y acompañamiento.
Un beset
Viktor
Dsole. Qué si, que en junio aterrizaré por allí el primer sábado.
A ver a Galeano y algún otro grande. Pero con tiempo, mucho tiempo, para tomar algo con Javi y contigo.
Un beset
Viktor
Me gusta mucho Víctor. Felicidades a la musa y coincido con la Jerezana: Pocos como tú cierran los poemas.
Un abrazo compi.
Julio Obeso
Gracias, Julius. Eres un cielete. Mucha suerte mañana. Gelman y yo estamos contigo.
Y que tú me digas que cierro bien es muy mucho de agradecer. Que si.
Tu Viktor
¡Buenos versos, amigo!
¡No sabes cómo adoro los cardos!
Ignoro si amarlos será bueno o malo, pues toda exageración se convierte en vicio, pero exhibo sin culpa mis vicios!
:)
¡Un abrazo vicioso!
Ciertamente, hermosísimo final, Viktor. Aunque no sé yo eso de que os intercambieis fotos y poemas la tal Dsole y tú...
Pongo el principio de un precioso poema de Claudio Rodríguez al que me ha llevado, mentalmente, el final de tu "El secreto", aunque no sé por qué...:
Como si nunca hubiera sido mía,
dad al aire mi voz y que en el aire
sea de todos y la sepan todos
igual que una mañana o una tarde.
Danhir:
Esos cardos darían ya para un buen caldo, a la vista de los comensales y amigos que en este banquete de la palabra, la belleza y el vicio confesable se reunen con paladar exquisito y generosidad simpar.
Tu simpática replica, tu decir, lo suscribo y tomo nota. Algunas respuestas son mejores que las preguntas originarias.
Sease el caso, amiga.
Un beset
Viktor
Javi:
Ya sabía yo que lo de los cardos y ripios traería cola... jeje. ¿Tú también afotas?
Buenos versos del maestro Rodriguez, eso son palabras mayores. Esa involuntaria conducción desde el final del poemilla a Claudio es un halago impagable.
Nos veremos pronto,
Tu Viktor
¡Qué bonitos, Víktor! Los poetas sois capaces de ver más allá de una imagen, de descubrir el secreto que encierra un trozo de tiempo y espacio, de atisbar la belleza de rondón donde otros sólo ven... unos cardos... No es una belleza oculta, una historia todavía sólo imaginada, es la realidad en estado puro a la que sólo tienen acceso quienes han trasteado en los baúles del alma. Gracias por esos versos, y por todos.
Un beset.
ALI:
Qué bueno que apareces. Este poema surgió casi sin querer y mira. Nos habla.
Y facilita que hablemos, que es lo mejor.
Tus palabras son muy generosas.
Bebemos de la misma fuente, Ali.
Un beset
Viktor
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