viernes, 12 de septiembre de 2008

MARIO PERNIOLA: El sentir filosófico: la sabiduria y la alegría

Mario Perniola, el profesor de estética en la U. Roma y prestigioso ensayista, se pregunta " Qué es un modo de sentir típico de nuestra época? ¿Qué tienen en común fenómenos tan alejados como el neofanatismo y neoescepticismo, el fundamentalismo y el nihilismo? Según el autor de "Del sentir (Ed. Pre-textos, 2008)" a finales de siglo XX se ha erigido un nuevo tipo de poder: la sensología, que impone un universo afectivo impersonal, caracterizado por una experiencia anónima y materializada, en la que todo se da, por así decirlo, como ya sentido."

Poder liberarse de lo ya sentido, ¿cómo sería posible?. Mario Perniola propone volver a Sócrates y sugiere una exploración de lo irracional con renovadas energías y entusiamo.

Leer "Del sentir" no es recorrer un camino fácil. Pero entre lo extraño y lo paradójico, este autor consigue desenmascarar lo que me parece que es el control invisible de los individuos para que sobre ellos prive y se imponga una individualidad controlable, manipulable y previsible. Poder liberarse de lo ya pensado, de lo ya burocratizado o de lo ya sentido, ¿es posible?. Mario Perniola tiene su propuesta. Interesa sopesarlo, muy seriamente. Nos jugamos la libertad y madurez deliberativa.

V. G.





La ironía socrática es el ejemplo por excelencia del hacerse sentir. En primer lugar, rechaza la aspiración categórica de la metafísica, que impone una idea del saber como algo del todo separado del sentir y ajeno a la dimensión afectiva y emocional. En segundo lugar, nos pide un esfuerzo para reconocer los límites de nuestra situación y para que seamos conscientes de las dificultades, pero a la vez capaces de someterlo todo a la búsqueda filosófica, pues nada debe quedar fuera del intenso e impetuoso ataque a la interrogación. En tercer lugar, nos invita a aceptar lo que llega de afuera y a que acallemos nuestra identidad subjetiva, que pone trabas a la recepción inteligente de lo que nos habla con una fuerza y un vigor muy distintos. Por último, nos anima a enfrentarnos al mundo con una actitud franca y valiente, sin impertinencia, arrogancia ni provocación, sino confiando plenamente en que los frutos de esta semilla, más que compensar, superarán con creces los perjuicios que puede causar la malicia de los otros.


(... /...)


Contra la funesta labor de desconcierto y de ofuscación que ha desarrollado sin cesar lo ya sentido, el hacerse sentir filosófico ofrece, a todo aquel que sepa aceptarla, una simple máxima:
busca siempre, para volver a germinar.
Mario Perniola
DEL SENTIR
Pre-Textos, 2008

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