jueves, 14 de mayo de 2009

CARLOS DURA HERRERO: Crónica del Paraiso

Leyendo en el blog de Laura Giordani sobre la poesía que no cede a la hipnosis y la reciente apertura del Centro Permanente de Poesía Crítica (CPPC) en Madrid, que a través de la Libreria Traficantes de sueños sita en la Calle Embajadores, 35 de la misma ciudad podremos seguir un programa de lecturas que se detalla AQUÍ, me reencuentro con un poeta local (de valencia, quise decir), Carlos Durá, y aterrizo vía la Biblioteca Virtual del MLRS en un poemario valiente y tan actual como inquietante: Crónica del Paraíso. Una lectura viva y de ojos abiertos y de resistencia a la desesperanza, a la neutralidad, al miedo, al olvido,a la inacción.
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Carlos Durá Herrero (Valencia, 1970) ha visto editado El agua no espera palabras (Premio de poesía "César Simón"). Colabora en la Asociación Valencia Acoge, desde la cual ha publicado numerosos trabajos sobre temas de inmigración e interculturalidad. Coordina el grupo de teatro "El cocodrilo amarillo" y ocasionalmente ha escrito algunos guiones para escena. Miembro fundador de la revista de li­teratura Edad de Merecer. Vinculado a la Unión de Escritores del País Valenciano y al con­sejo editorial de Ediciones Bajo Cero.
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manifiesto

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"No hay tiempo que perder" Vicente Huidobro --

no hay tiempo que perder

desde las esquinas del grito

desde las bocas descalzas

a lomos de lenguas imposibles de silencio

no hay tiempo que perder

hasta los rincones mudos de la piel

hasta las piernas arrebatadas de heridas

hasta el fondo de los relojes hambrientos

no hay tiempo que perder

por los labios perforados de estrellas

por los ojos abandonados de espinas

por las pestañas taladas y dormidas

no hay tiempo que perder

entre las uñas desnudas de futuro

entre las vísceras encadenadas

que sangran a manos llenas

no hay tiempo que perder

a través de los rostros iluminados

y las fieras miradas del empeño

a través de la risa y la venganza no hay tiempo que perder contra el dique de los siglos contra el vidrio absurdo de los espejos contra los huesos quebradizos del metal no hay tiempo que perder no hay tiempo que perder porque se nos ahoga una mirada en un instante y las bocas no esperan ya más al mordisco porque las venas lamen con desesperación las últimas gotas de savia porque los músculos yertos huyen del arado que los surca porque los niños desnudan carcajadas de espanto porque las mujeres despedazan de rabia el sonido de sus senos porque la tierra gime con dolores de parto porque nos arden en la memoria segundos distancias universos luces océanos estruendos de tiempo perdido

-- no hay tiempo que perder no hay tiempo que perder

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Aguascalientes

nos han hundido nuestra arca de noé nuestro navío pirata nuestra torre de babel nuestro barco selvático

---- habíamos sembrado entre la ternura de la selva un barco de futuro una nave peinada de salivas desafiante en su brillo de madera apasionada en sus páginas y palabras

--- los hombres sin rostro navegábamos hasta recuperarlo apuntalábamos de versos los párpados para cubrir de palmas cada labio distante y colmábamos de risa las paredes con nuestras primeras armas de color

--- pero nos han hundido nuestro navío pirata nuestra arca de noé nuestra torre de babel nuestro barco selvático

--- y ahora hemos de repetir de memoria la esperanza sobre todos los regalos hechos de nube sobre cada víscera que recuerde

sobre cada generación de la selva

Carlos Durá



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