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El 25 de marzo de 2011 se le ha entregado en una cena de hermandad y reconocimiento a una briosa trayectoria literaria y al talento y generosidad divulgadora de los valores y prácticas humanizadoras al rojo, a mucha honra, Alfons Cervera, el III Premio Náufrago. Como nos recordara él, así le llamaban sus alumnos de las Escuelas de San José en Valencia, allá por los años 80, cuando impartía clases de literatura: el náufrago. Azares y signos que hacen temblar.
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Entre las muchas manifestaciones de alegría y complicidad adscribo la que le corresponde desde La Asociación Poética Caudal y que para facilitar al resto de intervinientes
Rafa Chambó, Manuel Talens, Aniceto de Radio Klara, El Video de sus compas de treball, Antonio Martínez i Ferrer, Jesús Ge, Alejandro Mayordomo, Mar Benegas, Miguel Morata y Uberto Stabile así como el propio homenajeado
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V. G.
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Premio Náufrago
“llegados a este punto, se suman otras voces, hemos tomado la ilustre decisión de naufragar” A. Núñez
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Cuando hablamos de poesía y acción, de agitación político-cultural y creación de una obra literaria singular encontramos con frecuencia que el buen “gestor” suele ser un escritor no destacado y al revés. Pero no siempre. Y es admirable en estos tiempos en que se cumple con el sofisma de Vicente Núñez, “suerte y fama tienen idéntica recompensa. El encadenamiento perpetuo a los insignificantes” que una persona en un proceso largo de su vida, no accidental o circunstancialmente, sino desde una férrea voluntad de resistencia y digna exposición de sus ideales, proyecte espacios y tiempos donde otros escritores puedan abrirse con sus textos a los que somos una minoría necesitada de los impulsos que el arte revolucionario posibilita. Así fue como le propuse hace algo más de dos años a Alicia e Isaac de El Dorado propulsar un reconocimiento desde las bases sociales más activas en lo político, cultural y de acción social. Un premio desde abajo, desde los que no ceden a la hipnosis, desde los que insurgentes y osados van contra la cultura del aburrimiento que nos ofrece la maquinaria del capitalismo tardío. Y el primer nombre que venía unido a esa referencialidad es el del poeta Uberto Stabile. Intensamente ha venido propiciando estos lugares, antologando a otras y otros artistas, dinamizando encuentros, tertulias, etc., Fue nuestro primer Náufrago.
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El segundo año fue Miguel Morata, desde el oasis Librería Primado quien recibió el reconocimiento a una vida y trabajo por la cultura que respiraban en la más sana coherencia y combatividad anticapitalista. Algo más que una librería, mucho más que un negocio, Miguel aúna un estilo de vida y una generosa disposición a las dinámicas de acercamiento del pensamiento crítico y la literatura a todas las gentes de una ciudad empobrecida bajo los rígidos controles de la(s) estructura(s) pro-Gürtel & cía. A partir de ahí empezamos a gestionar el siguiente Náufrago entre la Librería Primado, El Dorado y La Asoc. Poét. Caudal. Por motivos de fuerza mayor no ha podido asistir Alicia Martínez, que manda un afectuoso abrazo a todos y en especial a Alfons.
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Alfons Cervera, Náufrago 2.011
Llegamos junto a los caudales, libreriaprimados y dorados a plantear el III Premio Náufrago y de los nombres que barajamos hubo unanimidad: Alfons Cervera. Resulta incomprensible, salvo que vivas con los ojos abiertos a la oscuridad circundante a nuestra capital levantina, resulta además inadmisible ese silencio en torno a una persona que ha desarrollado desde hace lustros una escritura valiente, bien afilada y mejor afinada, que ha denotado lo necesario −y tan difícil pero de agradecer− que es practicar una literatura de no ficción y una agotadora por intensa y extensa labor de difusión de las poéticas literarias del conflicto de tantos escritores e intelectuales. Dar paso a los otros, y a su vez labrar una potente obra narrativa y periodística tiene sus bemoles. No lo digo yo, lo dicen todos los presentes y muchos de los ausentes. Ahora debo recordar, a bote pronto, a dos de los más relevantes poetas del panorama actual, Enrique Falcón y Antonio Méndez Rubio. Ambos se alegraron de corazón y mandan un efusivo y rendido abrazo a nuestro querido Alfons. Hay bastantes más, pero como van a hablar algunos de los asistentes a esta cena no me extenderé en nombres. Nuestra opción nace de los muchos que en las bases hemos sido beneficiados por tan prolongada y generosa vitalidad y libertaria resolución. Gratitud a su obra tanto como a su persona. Y a su persona tanto como a su descentrada labor crítica.
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Para cerrar, una cita de Alfons, de un artículo publicado en la revista Quimera en el 2006 (octubre), que leí cuando aún no le conocía y rescato hoy, porque vale doblemente al ejercicio de su autoexigente escritura y animación pública de una cultura despierta aquel Elogio de lo mínimo:
“La única distancia a vencer en la escritura es no retorcerte sobre lo inútil. Desnudar sin miramientos el cuerpo del delito. Estrujarlo para que la belleza no sea una belleza de anuncio en las estaciones del metro. Para que la belleza sea una belleza que dé miedo, nada complaciente, que no sea refugio de la imbecilidad sino intemperie.”
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