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No tanto por una cuestión de género, sino por lo que más allá de la mujer, lo femenino es, significa, posibilita. En tiempos crispados, donde ellas y ellos buscan afianzar la identidad, lo sustantivo del ser, lo singular y lo complementario, celebramos el Día de la mujer, con la esperanza de que ese día se prolongue los restantes 364 días del año en pro de una igualdad de derechos y oportunidades y una liberación de esclavitudes, negaciones y abusos historicamente asentados. Apunta con buen criterio del Dr. Víctor Silva Echeto, ante una cita que expuse en otro foro "El futuro es mujer o no será", y matizando una exposición crítica del poeta Arturo Borra lo siguiente:
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"el devenir mujer es revolucionario o no es (Deleuze- Guattari)"
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Arturo había propuesto:
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"creo que más que un problema de género se trata de un problema de subjetividad. ¿Qué tipo de seres humanos queremos? Identidades femeninas hay varias; lo que a mí me interesa no es que el futuro sea femenino (el devenir mujer puede conducir a una fecundidad revolucionaria, pero depende dónde agencie), sino que el presente se abra a un deseo de cambio radical, que incluye desde luego la transformación de unas asimetrías de poder entre los géneros."
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Y pronto responde a Victor Silva sobre el devenir, apostillando:
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"Víctor, pero si el "devenir" no fuera contingente, más que devenir sería "desarrollo". Devenir revolucionario no es un proceso inexorable sino una posibilidad ligada a un agenciamiento colectivo específico. También el deseo reaccionario está ahí, incluso si no fuera más que deseo taponado."
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Entré en juego con más ganas de polemizar y poner en tensión mis intuiciones que con certezas razonables, y disparé a Arturo, con cordialidad, eso si:
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lo femenino es algo más allá del ser mujer, entendido desde la experiencia filosófica y espiritual de Oriente.
y desde ahí, creo que hay que femeneizar la sociedad.
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por otro lado, me sumo a lo que dice Victor Silva, que me parece esencial, para no caer siempre en lo mismo, no es cuestión de asumir el síndrome Michael Jackson, ¿verdad? lo negro es hermoso, lo blanco es hermoso, lo viril y lo femenino son hermosos, pero una existencia que asuma de lo viril lo ahistorico es lo que quisiera pensar, plantear...
y a su vez lo femenino."
Era claro que la cosa no iba a pararse ahí, así que Arturo, con su bien medida capacidad deliberativa, contra-argumentó:
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"Bueno, es lo que estoy cuestionando: la idea de un "modelo" o "principio de femenidad" ahistórico y esencializado. Es cierto que históricamente algunas identidades femeninas están ligadas de forma más estrecha a valores positivos que reivin ...dicamos; aún así, me pregunto si eso que a veces se leen como atributos de género no son sino rasgos de un modo de subjetivación en el que también participan algunas identidades masculinas (minoritarias, eso sí). Entonces, no se trata de "feminizar" sino de producir otros modos de subjetivación, en los que la solidaridad, la sensibilidad, la capacidad de abrigar, etc, sean valores comunes, más allá del género. Lo que sostengo es exactamente lo contrario a una "virilidad ahistórica". Por la misma razón, hay que cuestionar una "feminidad ahistórica" que no hace sino reforzar la dicotomía... Otra cosa, desde luego, es cuestionar con razón unas desigualdades de género omnipresentes."
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Podríamos haber seguido horas, pero lo dejo con la última indicación, apunte rizomático de Victor Silva:
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" El devenir es micropolítico, local/situado y paralelamente desterritorializado, singular, un acontecimiento y soplo de vida. Devenir mujer, femenino, queer, gay, lésbico, incompleto... La genealogía más histórica es temporal como cuestionadora del origen. Devenir extranjero, tercero sexual..."
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Ahora, alejado del enjambre y la velocidad de los ciber-foros, removido por sus dardos y reflexiones, habiendo vuelto a los libros, a la morosa lectura, escucho lo que vienen a decir, desde dos mundos, María Zambrano y Li Qinzhao
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La unidad y la imagen
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La imagen, aún considerada en sí misma, es múltiple, aunque esté sola. La conciencia la sostiene sabiéndola imagen. Y la posibilidad se abre a su lado; podría ser diferente y es quizá así, tal como se da a ver. Su ser de abstracción no le da fijeza, más que cuando un intenso sentimiento se le une. Y entonces asciende a ser icono: el icono forjado por el amor, por el odio, por el concepto mismo, especialmente cuando la imagen encierra la finalidad.
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María Zambrano, del libro Claros del bosque (Seix Barral, Biblioteca Breve,1ª Ed. 1977)
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Dentro de la nieve, la primavera ya ha anunciado su venida.
La flor del ciruelo (*) asoma entre las heladas ramitas de mármol.
Y su rostro perfumado es, a medio abrir, purísimo.
Como si después del baño
una mujer muy bella entrara en el jardín con su vestido nuevo.
La Gran Naturaleza quizás ha puesto en ella todo su deseo
para que la luz brillante de la luna luzca más aún.
Veamos juntos cómo se deslizan hasta el fondo de la copa
los posos verdes del vino delicioso.
Y no digamos «no» a la ebriedad,
porque esta flor es única y sin igual entre las flores.
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Li Quingzhao
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* Esta flor del ciruelo que nace, que nace en pleno frío, cuando la primavera comienza a derretirse dentro de la nieve, cuando el hielo se deshace, es la primera flor, una flor con mayúsculas que anuncia la llegada de todas las demás flores.
(Nota explicativa de la traductora del poema, la poeta y sinóloga Pilar González España)
Del libro Mujeres de luz − La mística femenina y lo femenino − en la mística (Ed. Trotta, ed.)
2 comentarios:
Vik, excelente ejercicio que, más resumen, tensiona el acontecimiento.
Victor
Gracias a Arturo y a ti. Es un lujazo poder conversar y tensar esas cuerdas deliberativas.
Un abrazo grande
Vik
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