En los valles afganos y en los campos de refugiados de Paquistán , las mujeres pastún improvisan cantos de gran intensidad y fulgurante violencia:
los landay (<
Sin duda, nunca un canto tan breve reveló tanto de la inhumana condición de la mujer y de la opresión que la reduce al estado de objeto doméstico y la somete al código pueril de los hombres. Privada de libertad y vejada en sus deseos y en su cuerpo, a la mujer pastún no le queda otra salida posible que el suicidio o el canto...
-
"Mi amante es un collar en mi cuello
puede que vaya desnuda, pero sin collar, ¡nunca!"
-
.
"Mi corazón me ha dicho: yo no tengo la culpa,
son los ojos que, al mirar, me han enamorado"
No hay comentarios:
Publicar un comentario