miércoles, 11 de abril de 2007

SOPHIA DE MELLO BREYNER: LIMPIDA VOZ SOLAR


Biografia


Tive amigos que morrian, amigos que partian

Outros quebravam o seu rostro conta o tempo

Odiei o que era fácil

Procurei-me na luz, no mar, no vento


(Tuve amigos que morían, amigos que partían,

otros rompían su rostro contra el tiempo.

Odié lo que era fácil.

Buscarme en la luz, el mar, el viento).

2 comentarios:

Julio Obeso González dijo...

AYER
Ya sé que dirás:"Hubo un ayer"
Tal distorsión limita.
No todo es tiempo, besamanos,certeza.
Hay ayeres gigantescos, bárbaros pasados, dantescas reseñas,
corazones tatuados que crecieron
en el lomo inmedible de una ballena.
"Oh, I believe in yesterday"
¿Puedes creerlo?
Quise ponerle asas,
atraerla, llevarla a los labios,
beberla...Te lo juro:
¡Beberla!
Aunque mi memoria
no cifra siglos,
ayer es medida afónica,
pálida, desvanecida,
casi cuenco, apenas sombra.
Se fue Víctor, se fue.
Dejó su polen en mi pecho
cuando era risa presentida,
tenaz empeño de amar,
un cristiano en catacumbas
velando a su dios crucificado.
"Now I need a place to hide away"
Viaja sin billete el estupor retorno a la umbría
de ser yo mismo: Hombre resaca,
varón disfrazado con abismos,
meláncolico, ya sabes,
si me adulan dos volúmenes,
suenas guitarras caderas,
se escorzan brillos
o una lengua neblina
libera luciérnagas.
Ayer, era ayer tan sólo
cuando qería un paréntesis
de olvido para mi vida.

(Como no sé muy bien donde insertar esto, te lo dejo aquí y tú con tus manitas lo pones donde quieras. Esta página será caótica, apostólica y romana, pero: ¡Me encanta! Improbo trabajo Valentinos. Un abrazo de varios siglos)

Julio

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Julio:

No tienes más que mover los dedos sobre el aire
para corporeizar la voz
de los cien exiliados
corazones de cien vidas
que reencarnadas al fin
suman esta vieja colina
que soy entre la niebla
y silencio del robledal.

Con solo chiscarlos son
los mil años de odisea
un peregrinaje del mar
de fracasos obstinados
a las orillas de ciega
e infatigable osadía.

Con solo (des)convocar
la caida al Tartaro que
es el reencuentro hermano
con la vida nuestra y
tan a punto de incendio.

Siempre tuyo,

Victor