domingo, 6 de mayo de 2007

J L SAMPEDRO EN VALENCIA.

Durante dos horas escuché y observé a José Luis Sampedro. Desistí de presentarme y saludarle. Había mucha gente alrededor suyo con deseos de abrazarle, de hablar con él. Me limite a observar. Mi hijo David de 6 años me regaló esta foto. Mis labios cerrados y tras de mi la voz lenta, fina, fraterna, sabia de un hombre auténtico. Indudable su coraje pacífico y su voluntad inquebrantable de darse por las causas más dificiles, por las personas más vapuleadas. Generoso, soportó con simpático rostro esa hecatombe de admiradores que le aplaudió (aplaudimos) durante mucho tiempo, antes y después de su intervención. Aplauso que a él seguro que le gustaría se tradujese en nuestra opción vital por tomar partido por las cosas y actuar, ser agentes activos en esta sociedad exesivamente delegada y representativa.

De sus palabras y sus gestos me quedo por una defensa de la verdad, "mi verdad" que él presentó con sencilla resolución en favor de una sociedad del amor antes que de esa funesta sociedad de mercado que nos avasalla.
Porque al decir "mi verdad" Sampedro invita a unir palabra y vida, inteligencia y acción, pensamiento y compromiso, generosidad y astucia.

Si, mejor me callo. Que cada uno observe y dirima.

V.G.







Sampedro: «La palabra es el ladrillo con el que construimos el mundo»

El autor lloró y se emocionó durante el homenaje recibido ayer en Viveros





José Luis Sampedro, un joven autor de noventa años, llegó ayer a la Fira y provocó la revolución. Ante la caseta de los organizadores del certamen se arremolinaron durante la mañana decenas de admiradores del escritor con un libro bajo el brazo a la caza del autógrafo. Poco antes había dado una charla en la sala del Museo de Ciencias Naturales. La llegada de Sampedro -que llegó a llorar de emoción- fue saludada con una salva de aplausos de varios minutos. Así comenzaba el homenaje al escritor organizado por cinco colectivos entre ellos el propio Gremio de Libreros y Cartelera Turia , y que ya había tenido un prólogo el pasado viernes, con la participación de Sampedro en la presentación de las jornadas Escriptors pel Cabanyal . El escritor dedicó una gran parte de su charla a defender, como es propio de un autor, el buen uso de la palabra:


«La palabra es el ladrillo con el que construimos el mundo. La imagen que cada uno tenemos del mundo es rigurosamente personal porque sus dimensiones son infinitas, así que cada cual tiene la responsabilidad de construir su mundo. Por eso hay que defenderse del mal uso de la palabra» .


Sampedro se refirió también a los problemas actuales, fiel a su estilo y convicciones:


« este es un mundo que se derrumba por la falta de lucha y por el miedo a la libertad en el que predomina el valor del mercado por encima de cualquier otra consideración. El valor de las cosas se mide por su valor de mercado. Por eso a mi me preocupa el futuro aunque parezca grotesco porque ya tengo noventa años» .


Valencia, ciudad abierta Sampedro agradeció a los cinco colectivos el homenaje que le han tributado:


«creo que Valencia es una ciudad abierta que me ha dado muchas más cosas de las que yo le doy a ella. No acabo de entenderlo pero he caído de pie en Valencia. Si yo defiendo a Valencia, al barrio de El Cabanyal, por ejemplo, lo hago porque ese es mi trabajo y mi impulso personal, no supone ningún sacrificio, y trato de responder a tanto cariño como me ha dado Valencia» . Sampedro ha permanecido en los últimos días en Barcelona, donde ha tomado parte en un homenaje al cantante valenciano, afincado en París, Paco Ibáñez, definido por el escritor como «la palabra de la España libre» . «La palabra -dependiendo de quien la pronuncie - significa una cosa u otra. Por ejemplo, cuando Bush habla de libertad para Iraq se refiere a su libertad para echar bombas y liberar a los iraquíes a bombazos. Tampoco es verdad eso de que una imagen vale más que mil palabras porque cuando una imagen nos impresiona realmente, no tenemos más remedio que relatar su impacto con palabras», afirmó. El escritor concluyó diciendo que el mundo entra en una nueva era de cambios, de transformación, no de las cosas sino del hombre mismo. José Luis Sampedro ha invitado a los presentes a que participen en ese cambio,
«pero sin miedo al futuro. Yo no tengo miedo y reivindico esa lucha, también a través del voto. Y si los obispos piden el voto yo que me llamo Sampedro también puedo hacerlo a favor de los que se levantan por la libertad Éles invito a que voten, aunque no recomiendo a ningún partido en concreto» . Antes se refirió al enajenamiento de espacios públicos en favor de cosas como los campos de golf. Y citó ejemplos de Madrid y Valencia jugando con los nombres de la presidenta de la Comunidad de Madrid y de la alcaldesa de Valencia, a las que ha llamado
«Rita Aguirre y Esperanza Barberá»

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