lunes, 22 de octubre de 2007

EDUARDO MILAN: RESISTIR. INSISTENCIAS SOBRE EL PRESENTE POETICO (II)

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Por eso decía que no hay novedad: los poetas escriben para sobrevivir. Sobrevivir, para un poeta, es simplemente ser. Ya casi se trata de una cuestión de dignidad, de luchar por no convertirse en una especie en extinción, como un tigre o un esquimal. Más allá de ser, esto es, escribir para producir cambios, para acompañar el ritmo de la vida, ya es imposible.




El retroceso controlado de las formas de arte atenta directamente contra el avance -también controlado- de las formas en la ciencia. Pero mientras esta última se permite experimentar (muchas veces con el lenguaje de los poetas), el arte occidental actual se prohíbe la experimentación. Vivimos en una época de arte cerrado, de poesía cerrada. Las nuevas posibilidades expresivas están bloqueadas porque parecería que, en un arrebato por la salvación de la especie, el arte teme su propia extinción. Y el arte retrocede por no alejarse demasiado, porque sabe que, al caer las posibilidades de la utopía en el pensamiento y en la vida, corre el peligro de terminar (peligro no muy lejano) hablando para si mismo.





Abrir un claro en la selva, poder imaginar, son empresas que no tienen más interlocutor que los pares del oficio. Así, se escribe para los que escriben. Y ya nadie se atreve a cuestionar el valor performativo o la actitud de lo hecho porque eso sería dar un paso adelante que no podemos dar.







¿A quién le importa que un poeta plantee nuevas posibilidades expresivas si el arte mismo de la poesía está en vías de desaparición?. Sería una propuesta que cae en el vacío. Y aquí viene la paradoja, la gran paradoja: en las épocas de gran tiniebla, de gran cerrazón en cuanto a lo posible estético, aparecen nuevas formas. Todo consistiría en ver cuales son los mecanismos contextuales que posibilitan su aparición. Luego, dejarlas fluir. Y la pregunta es:
¿estarán nuestros ojos preparados para lo verdaderamente nuevo?

Eduardo Milan
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2 comentarios:

Ana María Espinosa dijo...

Las reflexiones, planteamientos de este gran pensador y poeta, siempre ponen en movimiento la maquinaria.

¿Estaremos preparados?
Hay que estarlo.
Reeducando al ser humano
para evitar, principalmente,
su desaparición.

Cuestionando inteligentemente,
Eduardo Milán me parece
de mucha, mucha actualidad
de quien tenemos mucho que aprender.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Ana:

Eduardo Milán es un poeta que piensa y un pensamiento que poetiza de gran calado e importancia en lengua castellana. Su decir pone siempre en duda lo seguro, lo validado, lo conformado por las estructuras socioculturales y de poder.

Conviene atender y deliberar sobre su escritura que es la escritura de nuestro tiempo.

Para mí hoy hay cinco Poetas que además son genuinos y geniales teóricos, Impresionantes e imprescindibles en lengua castellana y EDUARDO MILAN es uno de ellos. Otro ANTONIO MENDEZ RUBIO. También y no menos importante JENARO TALENS. Y el cuarto ROBERTO JUARROZ.

Puede que los haya igual de significativos, pero no más. A la postre hablo de los que yo he podido leer.

Ana, gracias por estar y leer a Eduardo Milan. Hay que seguir leyéndole. Este poeta es rigurosamente osado y generoso. Con Hugo Múgica (el quinto gran poeta pensador) configuran lo mejor que nos da un presente con perspectiva de avanzar en el extraño cuerpo del mundo que es la poesía.


Tu Victor