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Opaca en ocasiones, en ocasiones luminosa e inspiradora, a veces aplastantemente agónica, la vida no podría nunca dejar de sugerir en los seres de palabras una escritura igualmente brillante o igualmente oscura, igualmente estimulante o mortecina; pero, por sobre todo, una escritura siempre viva y tensa. Cada ser de palabras deberá hallar en sí mismo la voz que le pertenece, la que es la suya; la que, por sobre todo, lo testimonia a él: genuina voz que surge de su alma y que humaniza sus comprensiones.
Rafael Fauqué, de su libro "Juego de Palabras".
(Extractado de BABAB.COM)
Para Paul Celan, poeta en tiempos de muerte, la fuga de la poesía es una resistencia a lo macabro, a lo racioirracional y despiadado del fascismo de la época. Así el poema, de difícil lectura incluso en su idioma original, el alemán (hay una primera versión en rumano que aún no iba firmada como Paul Celan y que se titulaba "tango de la muerte"), pero de gran fuerza y belleza en su enlace de imagenes, paralelismos sonoros y aliteraciones y con la intensificación de sus juegos alógicos y su imaginación creativa y salvadora del ser, del ser de palabras, del hombre tras el lenguaje que sobrevivió al nazismo, a la destrucción. En palabras del propio Celan:
"Algo sobrevivió en medio de las ruinas. Algo accesible y cercano: el lenguaje. Sin embargo, el lenguaje mismo tuvo que abrirse paso a través de su propio desconcierto, salvar los espacios donde quedó mudo de horror, cruzar por las mil tinieblas que mortifican el discurso. En este idioma, el alemán, procuré escribir poesía. Sólo para hablar, orientarme, inquirir, imaginar la realidad. De este modo la poesía está siempre en camino hacia la lengua adánica".
Éste poema se podría hoy releer a la luz de los episopios en Africa o Centroamérica. Porque la historia es terca y nuestra memoria frágil, selectiva, torpe. Y salir de la anestesia general es a veces gracias a textos tan fundamentales como el que sigue, cargado de actualidad, sobre las cicatrices que no se cierran, en el estupor del presente.
Víktor Gómez
Fuga de la muerte (Todesfuge*)
Negra leche del alba la bebemos al atardecer
la bebemos a mediodía y en la mañana y en la noche
bebemos y bebemos
cavamos una tumba en el aire no se yace estrechamente en él
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
lo escribe y sale de la casa y brillan las estrellas silba a sus
mastines
silba a sus judíos hace cavar una tumba en la tierra ordena tocad para la danza
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos en la mañana y al mediodía te bebemos al atardecer
bebemos y bebemos
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita
cavamos una tumba en el aire no se yace estrechamente en él
Grita cavad unos la tierra más profunda y los otros cantad sonad
empuña el hierro en la cintura lo blande sus ojos son azules
cavad unos más hondo con las palas y los otros tocad para la danza
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía y la mañana y al atardecer
bebemos y bebemos
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita él juega con las serpientes
Grita sonad más dulcemente la muerte la muerte es un maestro
venido de Alemania
grita sonad con más tristeza sombríos violines y subiréis como
humo en el aire
y tendréis una tumba en las nubes no se yace estrechamente allí
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos a mediodía la muerte es un maestro venido de Alemania
te bebemos en la tarde y la mañana bebemos y bebemos
la muerte es un maestro venido de Alemania sus ojos son azules
te hiere con una bala de plomo con precisión te hiere
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
azuza contra nosotros sus mastines nos sepulta en el aire juega
con las serpientes y sueña la muerte es un maestro venido
de Alemania
tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita."
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(*Todesfuge) en el alemán original en que lo escribió Paul Celan
Versión de José Angel Valente
2 comentarios:
Este blog me hace descubrir tantas cosas que ahora me siento más vivo y más pequeño.
Y mucho más ignorante gracias a ti.
La poesía nunca acaba. Ahí reside su belleza.
Me encanta descubrir algunos versos, escuchar algunas canciones,
ver algunos cuadros que hacen a uno sentir que no todo está inventado.
A. Querejeta:
Paul Celan es uno de los últimos grandes poetas heridos de costado a labios, llagado de tiempo triste, de ciego rencor estructural, de lepras del corazón petreo y desilusionantes espectativas intelectuales en una sociedad que fue, en una sociedad que podemos volver a ser, genocida, obtusa, bárbara sin medida.
Leerle impacta. Y ahondar en su biografia deja un helor incómodo, ternura adentro, como de celdas húmedas abarrotadas de huérfanos y exiliados.
Compartimos ignorancia, amigo. Y curiosidad y asombro. ¿Cómo ser poeta de otra manera?. Nos duelen las pedradas en el ojo ajeno, en el del tuerto impuber, en el de la ciega zagala o el "probe" vagabundo sin tierra.
Pero me consuela tu compañía en esta errancia. Y te la agradezco de corazón.
Reinventarse en el desierto una ruta, hacer caravana, avanzar sin ver, volver hacia el corazón que sabe del agua, del tiempo y del no lugar que habitan los sueños primeros de la infancia y la claridad de lo bueno. E ir sin certidumbres, abriendo rutas nuevas por la selva del lenguaje, por el desierto de la palabra. E ir en este nomadeo insumiso y bravo, acompañado... ¡Gracias!
Un fuerte abrazo,
Tu Víktor
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