lunes, 20 de octubre de 2008

CARTA ABIERTA DE MATIAS ESCALERA ante el conflicto Fortes - García Montero

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Hola, a todos:

Os envío el texto que he intentado remitir al diario Público, pero que sistemáticamente me ha sido rechazado (tal vez, por el atasco de la página correspondiente).Quien pueda hacerse eco del mismo, lo puede hacer, a su antojo.Se trata de la ofensiva que se ha desatado en los diarios de Granada y de tirada nacional contra José Antonio Fortes, en vísperas -sospechosamente- del juicio que tendrá lugar próximamente, con el señor García Montero de contraparte.Más allá, o más acá, de la opinión que podamos sostener acerca de las tesis de José Antonio Fortes, hay prácticas que no debemos consentir, ni contra José Antonio Fortes ni contra nadie, pues el siguiente podemos ser uno de nosotros.

Matías Escalera



Matías Escalera
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LUIS GARCÍA MONTERO:


Lorca era un fascista


La defensa de la libertad necesita al mismo tiempo de la prudencia y de la firmeza. La prudencia sirve para evitar que la firmeza se convierta en dogmatismo y temeridad. La firmeza, por su parte, ayuda a que la prudencia no se transforme en miedo, irresponsabilidad y autocensura. El esfuerzo por asumir la libertad de expresión de los demás, aunque los demás divulguen barbaridades, obliga a entrar en litigio, a batallar con valor en nombre de las propias razones y a denunciar sin pelos en la lengua los disparates que se presentan en público como opiniones libres. Soy contrario a limitar la libertad de expresión de los tontos indecentes, porque cualquier recorte puede abrir el camino a la censura injustificada y al control del pensamiento. Pero esta defensa de todo tipo de libertad de expresión obliga a dar la cara y a ser muy tajante de vez en cuando. No me estoy refiriendo a los miedos y a las autocensuras inaceptables provocadas por las amenazas del fundamentalismo islámico, sino a las teorías de un profesor perturbado de la Universidad de Granada, José Antonio Fortes, que lleva años lanzando disparates sobre los alumnos y contra algunos de sus compañeros. No es raro que aparezcan por mi despacho alumnos compungidos para preguntarme con sigilo y vergüenza si es verdad que García Lorca era un fascista. Los alumnos erasmus, que vienen a Granada desde diferentes países de Europa para estudiar literatura, pueden llevarse la sorpresa de que un profesor les explique, sin ningún tipo de dudas, que García Lorca reproducía formas ideológicas fascistas como poeta y como director populista de La Barraca. Así que a García Lorca lo mataron los suyos, los de su mismo bloque ideológico. Todo esto se afirma como verdad científica, en nombre de la Universidad de Granada. Si un profesor de geografía enseñase que Londres es la capital de Marruecos, sería tratado de loco, sin que pudiese defender sus tonterías en nombre de la libertad de expresión. Pero la literatura es terreno menos firme, y los disparates parecen no tener fronteras.Este profesor, en nombre de la Universidad de Granada, con un vocabulario marxista de cuarta fila, muy cercano al delirium tremens, analiza el prólogo de Francisco Ayala a La cabeza del cordero como prueba irrefutable de que el escritor granadino fue un aliado del fascismo español franquista. Ni la toma de postura de Ayala durante la Guerra Civil, ni sus años de exilio, ni su obra inmensa en favor de la libertad y en contra de la dictadura, evitan que el escritor centenario sea tratado como un pequeño burgués tramposo, cómplice objetivo de la represión. Si García Lorca y Ayala son triturados con esta indecencia, nadie puede estar libre de sospechas, y desde luego no salen indemnes otros ciudadanos de las letras granadinas. Los triunfos que como escritor no ha tenido José Antonio Fortes son prueba fidedigna de la calaña ideológica de autores con más fortuna. Antonio Muñoz Molina, por ejemplo, al escribir contra “aquel memorable derrumbe del 11-S” actuó como siervo del capital para justificar el terrorismo de Estado. Las opiniones de Antonio Muñoz sólo se comprenden por la deuda que contrajo con el poder a la hora de entrar en la Real Academia de la Lengua. Yo soy más servil que Antonio, porque sin haber entrado en la Academia, parece que también defiendo, con mis artículos en este periódico, el terrorismo de Estado. Tan peligroso soy que, según las últimas investigaciones de Fortes, profesor de la Universidad de Granada, causé junto a Álvaro Salvador el suicidio de nuestro íntimo amigo Javier Egea, quien no pudo resistir los pactos escandalosos que firmamos con el capitalismo para triunfar en la literatura. Durante años, en clase y por escrito, ha despreciado a mi padre, a mi mujer y a mis amigos. Supongo que todos seremos deleznables. Pero quizá sea hora de que la Universidad de Granada ponga a este perturbado en su sitio. Sólo así salvaremos, con prudencia y con firmeza, la libertad de expresión.



Luis García Montero







Matías Escalera escribe:



Las ideas con ideas se combaten, y lo demás, utilizar la posición de clase y de fuerza para anular aquellas de las que se disiente, es un comportamiento objetivamente autoritario, cuando no fascista; esa fue la columna vertebral de mi respuesta en MLRS, hace unos meses, al artículo aparecido en la edición de el diario El País de Andalucía firmado por el señor Montero, sobre los supuestos agravios que el profesor Fortes le había hecho a él y a su familia, y en el que pedía su expulsión de la Universidad.


La campaña de difamación del profesor Fortes, de la que lamentablemente se hace eco el diario Público (mediante el suelto, superficial, manipulador y artero, del señor Ángel Munárriz) confirma aquella impresión que tuve, cuando contesté el susodicho artículo. El señor García Montero ha puesto en marcha, de nuevo, ante el juicio inminente, todo el peso de su posición y fuerza de clase contra su compañero de departamento, tratando de influir, previsiblemente, en los jueces que juzgarán el caso, que no es por defender al pobre Lorca (y digo "pobre" por la calidad y maña de los "defensores" que le han tocado en suerte); sino por, según tengo entendido, afrenta pública a su compañero.


Los viejos señoritos andaluces no han muerto, simplemente se han reubicado dentro de los campos político, académico y cultural.


Y para aquellos que quieran saber qué es lo que piensan verdaderamente los alumnos del profesor Fortes, que lean la respuesta que sobre su interpretación de la figura y obra de Lorca publicaron en la revista digital Youkali, en aquel entonces.Lamento sinceramente que Público se haga eco, sin contrastar las opiniones, de esta campaña de desprestigio de un investigador que en su propio periódico ha sido citado elogiosamente por colaboradores de reconocido prestigio, no hace además muchas fechas.Creo que deberían dar ustedes al profesor Fortes la oportunidad que el señor Ángel Munárriz en su suelto le ha negado.

Atentamente


Matías Escalera Cordero

4 comentarios:

Arturo Borra dijo...

Por más que uno no estuviera de acuerdo con el posicionamiento estético de Fortes (y de hecho, su análisis marxista clásico es bastante objetable incluso desde una perspectiva marxista), lo de García Montero es lamentable, pero sobre todo, parte de la perversión de una pseudointelectualidad que difama en vez de debatir.
¿De qué izquierda dogmática hablamos en este caso, cuando se propone como medio de lucha la excomunión universitaria, la reducción del otro al ostracismo?
Agradezco la carta de nuestro querido Matías, porque deja expresa constancia de estas operaciones autoritarias...y a vos Víktor por darle difusión.
Un abrazo,
Arturo

Adolfo González dijo...

Lamentable que no dejen tranquilos a los muertos.

¿Lorca era fascista? ¿Y eso se refejaba en su poética? Sería un gitano de buena posición económica, un gitano un poco sibarita, pero fascista no!

Fascista era Marinetti. De ese sí se podría decir que era una poética fascista.

Su poética, la de Lorca, era muy compleja, pero siempre fue generoso con sus personajes u objetos poéticos yendo al lado, muchas veces, de los más desfavorecidos.

Parece ser que a la envidia no le basta con haberlo fusilado en vida.

¿Siempre va a pasar esto mismo? ¿Siempre va a haber lagartijas calumniando a los astros?

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Arturo:

Uno de los primeros (y últimos) muros a derribar en esta prisión del presente es la negativa a deliberar, la negativa a hablar con intención de comunicarse, dar razón de lo que se piensa y opina, de lo que se hace y a su vez, de lo que se rechaza, se desliga, se desenmascara. Ocurre que a menudo, los que mejor y más posibilidades tienes para hablar crítica y documentadamente, prefieren dogmatizar o desestabilizar no dando pie a la conversación, solo a monólogos. Cuando se repiten estas actitudes, es difícil no alarmarse. Creo que Matías lo deja claro, bastante claro. Yo puedo no estar de acuerdo con uno ú otro, Garcia Montero o Fortes, pero no necesito caparle los testículos al adversario para defender mis criterios, mi pensamiento, incluso mi sillón o púlpito. El que actúa así está traicionando el pensamiento de izquierdas tanto o más que el cristiano en sentido estricto.

Gracias por tu visita Arturo. Tus matices siempre dan mejor visión en este entrampado presente.

Tu Viktor

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Gracias, Adolfo, por apuntar sobre Lorca y el fascismo tu perspectiva del asunto.

Un abrazo,

Víktor