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Hay una casa amarilla.
Hay dos patios donde colgar
mis manos junto a las tuyas.
Hay tres limones
sobre un arca de olor.
Existen también vencejos
alcobas hondas
gatos invisibles.
Me apresuro.
Quisiera despojarme de los brazos
para alcanzarlo todo:
el fogonazo y su ceguera
el sabor árido del estiércol.
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En el edificio de vigas húmedas
olvidar los huesos
o encender una luz al azar.
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Olga Muñoz, La caja de música
Ed. F.Inquietudes - A.Poética Caudal, 2011
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