La especifidad del ser humano no reside en la conciencia, sino en el lenguaje articulado que permite enumerar proposiciones.
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El lenguaje proposicional, que permite decir "yo" posibilita tomar conciencia de sí y de los otros. Y permite pensar, levantar acta de la singularidad de los sujetos y objetos que constituyen el entorno. Cosa que - además de propiciar una mística que relativiza la egocentricidad - da lugar a la conciencia de futuro, así como a la necesidad de actuar y preocuparse por los fines, especialmente por lo que se considera bueno.
ERNS TUGENDHAT (Brno, 1930)
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