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"La pintura es, en primer, lugar una afirmación de lo visible" propone John Berger. El arte, pues, desde esa experiencia pictórica está en el entre. Entre el ser ú objeto pintado y la blancura del lienzo. Sólo si se produce el "encuentro" al modo que también defendía Paul Celan, será ese trabajo una obra de arte. Todo lo contrario a lo que propone la cultura masiva del espectáculo, donde el espectador es seducido por las apariencias, no por los sujetos ú objetos. No importa la existencia y la comunicación entre lo vivo y lo vivo, sino la explosión de sensaciones pre-sentidas guiadas desde la virtualidad para configurar una sub-realidad que nada tiene que ver con el vivir diario y sus conflictos. Esa refractaria sucesión de espejismos se instala en la mente y la orienta hacia los apetitos insaciales de la sociedad meta-consumista. No se comunican experiencias. El objetivo no es artístico sino de doma. Lo artístico es crítico con el mundo, desea mejorarlo. Lo espectacular, lo audio-visual al servicio de la Industria cultural busca adictos a la banalidad, a la ficción, a la velocidad de la luz.
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Vivimos en tiempos de una estética del motor (fotografía, cine, internet) en el que es desplazada la pintura, el arte plástico por la velocidad de la luz incidiendo en el arte post-biológico. Desaparece pues ese antioficio de dibujante, pintor, desaparición paralela a la desaparición del hombre, del cuerpo, durante el terrible, terrorífico siglo XX y su shoa, su gulag, su Hirosima, su Chernobil, su Guantánamo, su Libia...
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Si el nazismo y el estalinismo desarrollaron una cultura de la tortura del cuerpo, como propone Paul Virilio, ese exilio de la imagen real que es un cuerpo produce un vacío que viene a ser suplantado por las imágenes virtuales. La tecnología del arte postmortal apunta a una representabilidad del ser sin el ser, como un accidente, irradiado de horror económico, ese horror que impone las audiencias, los beneficios y el circo mediático de los famosos o la burla de los Museos vacíos en el que es el propio edificio lo expuesto y apenas hay paredes que alberguen al arte.
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Con ello, John Berger, resiste. Expone en su "algunos pasos hacia una pequeña teoría de lo visible" apuntes, bocetos, ideas que llevan a repensar la validez y necesidad de un arte que no se distancie de la naturaleza, del ser humano, su corporalidad, su presencia. Arte con responsabilidad, con eticidad. Lo visible, que no desaparezca. Lo vivo, antes que lo después de muerto, suplantado.
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Mario Perniola advertía de no dejarse apresar y reducir a lo pre-sentido, pre-imaginado y caminar hacia un "estado de excepción que se emancipa de las cadenas de lo cotidiano".
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De los 2 poemas incluidos en este pequeño librito de John Berger, incluyo el primero, y animo a la lectura de esta visión del mundo, sabia en su mirar mudo, o decir silencioso que es toda obra pictórica. Aprender a mirar, puede ser la asignatura en este tiempo de saturación y sobre-exposición de imágenes y ventanas virtuales.
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Víktor Gómez
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Dices que la pierna sostiene al cuerpo
pero ¿no has visto nunca
la semilla en el tobillo
desde donde el cuerpo crece?
. .
Dices (si eres constructor de puentes
que creo que eres) que cada pose
debe guardar su equilibrio natural
pero ¡nos has visto nunca
los tercos músculos de las bailarinas
mantener el suyo tan poco natural?
. .
Dices (si eres tan racional
como yo espero que seas) que la evolución del bípedo
hace ya tiempo que concluyó
pero ¿no has visto nunca
ligeramente metido en la cadera
el signo milagroso aún
que predice la bifurcación de los cuerpos
veinte centímetros más abajo?
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Contemplemos, pues, juntos
(los dos sabemos que
la luz es la mensajera
del espacio y el tiempo)
contemplemos esta figura
para verificar
yo mi diosa
y tú el esfuerzo.
. .
Pensemos en términos de puentes.
Mira. la carretera de la pierna y la espalda
articulada a la cadera y el hombro
se sostiene firme en la palma del talón
como pilar una sola pierna
el muslo sobre la rodilla
un miembro en voladizo.
. .
Pensemos en términos de puentes
en lo que antaño los hombres llamaron Leteo.
Mira: el cuerpo común que atravesamos
vulnerable, habitado, cálido
también aguanta.
Peso muerto, peso vivo
y resistencia aerodinámica lateral.
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Dejemos así que el puente que esta bailarina nos tiende
soporte el peso de todos nuestros viejos prejuicios
verifiquemos pues de nuevo,
Tú mi diosa
y yo el esfuerzo.
. .,
John Berger
algunos pasos hacia una pequeña teoría de lo visible
(Ardora ediciones, 2009)
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